“Los robots son capaces de capturar nuestra imaginación como ninguna otra herramienta, mediante la creación de un proceso educativo interactivo, independiente y divertido”, sostiene Uwe Haass, secretario general de EuRobotics, una organización sin fines de lucro que tiene por misión colaborar con la Comisión Europea para desarrollar e implementar una estrategia, un mapa de ruta para la investigación, desarrollo tecnológico e innovación en el campo de la robótica, con miras a alcanzar los objetivos del plan Horizonte 2020 (H2020).
Dicho programa tiene como misión abordar los principales retos sociales, promover el liderazgo industrial en Europa y reforzar la excelencia de su base científica a través de una serie de acciones diseñadas para alcanzar sus objetivos en los próximos 5 años (se implementó en 2014), con un presupuesto de casi 77.000 millones de euros. Sus objetivos estratégicos son crear una ciencia de excelencia para reforzar la posición de la UE en el panorama mundial, desarrollar tecnologías y sus aplicaciones para mejorar la competitividad del continente e investigar en las “grandes cuestiones” que afectan a los ciudadanos europeos, como salud, alimentación, agricultura, materias primas, sociedades inclusivas y seguridad, entre otras.
Pero Haass no hace esta afirmación de forma gratuita, sino que su argumento es uno de los que manifiesta en el documento con el que se presenta la quinta edición de la Semana Europea de la Robótica (ERW por sus siglas en inglés, European Robotics Week) de 2015, que se celebra en todos los estados miembros de la UE del 23 al 29 de noviembre, y en la que España ha adquirido una notoria relevancia por el tiempo dedicado a actividades de interés en el área. Este evento ha ido creciendo en alcance y notoriedad en cada una de sus ediciones. De hecho, este año se han organizado actividades previas a la ERW como encuentros en línea entre diversos expertos y aficionados al tema, como el que se realizó el pasado jueves 19 de noviembre bajo el lema “El pensamiento robótico que soñamos”. Se pueden seguir sus resultados y conclusiones, además de otra información de utilidad, a través del blog colectivo EU Robotics Week (http://euroboticsweekeducation.blogspot.com.es/), en actividad hace ya un par de años y con casi 100.000 páginas vistas.
Las actividades organizadas durante la ERW, pero también las que se desarrollan en centros educativos a lo largo del año, tienen como uno de sus objetivos primarios el desarrollo entre el alumnado del interés por las carreras STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics), término que hace referencia a las disciplinas académicas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Pero también con el ojo puesto en los cuerpos docentes, que son las principales fuentes de motivación para que niñas, niños y jóvenes quieran continuar su futuro profesional en alguna de estas áreas.
Semana Europea
Hay mucho que hacer en Europa durante la Semana Europea de la Robótica, afirma la agenda del Ministerio de Educación: visitas escolares con conferencias sobre robótica, visitas guiadas para alumnos, laboratorios abiertos, exposiciones, robots en acción en algunos espacios públicos... Así, hasta unas 150 actividades solo en España (de las 400 que hay organizadas en toda la UE), lo que nos convierte en el país con la agenda más nutrida en este evento.
Aunque el corazón de la ERW-2015 está en Bristol (Reino Unido), donde se desarrollan los eventos oficiales más importantes en la agenda, también hay actividades en otros países. En Portugal se desarrolla una competición europea en la que 14 equipos de 6 naciones mostrarán en vivo los robots que han creado tanto para el hogar como para el entorno industrial. En Alemania, de la mano de Lego, las y los estudiantes compiten –como si fuera un evento deportivo– en un desafío que tiene como misión crear un robot capaz de recoger, clasificar y reutilizar la basura.
En tanto, Francia y España han puesto el foco en proyectos de innovación que motiven el conocimiento de la robótica y sus utilidades en los distintos ámbitos de la vida cotidiana. Así, localidades como Barcelona, Zaragoza, Figueres, Bilbao, San Sebastián, Madrid, Valencia, Peñaranda de Bracamonte, Asturias, Murcia, Mérida, Tarragona, Toledo, Colindres (Cantabria), Almería, Alicante y muchas otras, están desarrollando diversas muestras y actividades durante toda la semana.
La agenda completa de los eventos inscritos, tanto en España como en el resto de Europa, se puede consultar en http://www.eu-robotics.net/robotics-week/events-2015/index.html. En Twitter se puede seguir el evento, así como sus conclusiones y resultados, a través del hashtag #erw2015.
España
Sin embargo, más allá de un evento tan importante como este, debemos poner ojo en la relevancia y notoriedad que España está teniendo en la ERW-2015. ¿Cómo se ha llegado a ser el país con más actividades en la Semana de la Robótica? “Es cierto que hay docentes que se plantean hacer una actividad extraordinaria durante esta semana, o quizás dar especial relevancia a una actividad concreta que ya tenía planteada, pero lo que hace grande a la ERW-2015 es que ayuda a dar visibilidad a la gran cantidad de proyectos de robótica educativa que se están realizando, día tras día, en nuestras aulas”, argumenta Artur Coll, miembro de Área de Tecnologías para el Aprendizaje y el Conocimiento del Departament d’Ensenyament de Catalunya.
“Un grupo de maestros y maestras han sido capaces de convertir a España en caso de éxito, junto a Finlandia y a Francia, en la edición anterior. No es un sueño, pero debemos creer que la educación y quienes se dedican a ella, merecen el apoyo y el respeto de la tribu que educa y que, juntos, todos sumamos”, explica Mercedes Ruiz, maestra y máster en TIC y Educación, que coordina la parte educativa de la Semana Europea de la Robótica.
Coincide con ella Lía García, experta en robótica educativa y también una de las coordinadoras nacionales de la ERW en España, al afirmar que “vamos también avanzando, por lo menos siendo conscientes de que esto no es ya una opción”. Así de clara es su posición y la de muchos profesionales de la educación, empresas y particulares que han puesto en su hoja de ruta el desarrollo de la robótica ya no solo para fomentar las carreras STEM, sino también para avanzar en todos los aspectos que sea posible de la mano de esta tendencia que ha llegado a las aulas, incluso a golpe de normativas.
Fue en el curso 2014-2015 que en la Comunidad de Madrid se estrenó la asignatura de Tecnología, Programación y Robótica, cuando todavía estaba Ignacio González en la presidencia regional. Todavía está en fase de implantación gradual –lo estará hasta el curso 2016-2017– y espera ampliarse a todos los institutos. Pero esta tendencia no es exclusiva de Madrid y se repite en otros puntos, ya sea como parte del currículo o como una actividad extracurricular organizada por los propios centros o en colaboración con empresas privadas.
Experiencias
Casi todas las experiencias de robótica y programación se concentran en Secundaria, dejando todavía los proyectos en Educación Primaria como algo anecdótico. Pero comienzan a darse los primeros pasos y existen programas específicos para ellos, como las propuestas que la Editorial Vicens Vives hace con Dash & Dot, dos robots “que pueden incluirse en el currículo de las diferentes etapas educativas, adaptándose a los diferentes ritmos de aprendizaje, estilos de juego y motivaciones del alumnado”, explican.
Tal como sostiene Glòria Santaeulària, pedagoga y responsable de Comunicación en Vicens Vives, “la robótica presenta unas características muy interesantes para el aprendizaje. Aprender a través de ella es motivador, por lo que el profesorado puede proponer actividades educativas que tienen muy buena acogida por parte del alumnado”.
Es un reclamo común que trabajar con la robótica despierta interés en el alumnado por las vocaciones científicas y que avanzan mejor en determinadas áreas del currículo como Matemáticas o Ciencias. Pero es verdad que este tipo de proyectos, además de ser muy llamativos, permiten trabajar otras competencias que nada tienen que ver con contenidos. “La robótica fomenta la creatividad y la imaginación del alumnado, facetas poco cubiertas a nivel curricular”, sostiene Juan Manuel Nieto, responsable de Ciencia Lúdica, una empresa madrileña que asiste a algunos centros para impartir talleres de robótica educativa. “Además –continúa–, desarrolla la resolución de problemas, evitando así el miedo al fracaso en el alumnado”.
Pau Nin, maestro de Primaria interesado en la robótica educativa, entiende que trabajar en proyectos de este tipo con el alumnado se convierte en un fantástico recurso para aprender programación y el conjunto de habilidades propias de aquello conocido como pensamiento computacional”, pero cree que, más allá de eso, que es lo evidente, se convierte también en una herramienta didáctica de gran valor. “Merece la pena hacer hincapié en la incorporación del arte como aspecto clave para generar innovación y creatividad en los procesos. Asimismo, la robótica posibilita trabajar competencias, actitudes y comportamientos concretos como el trabajo en equipo, la iniciativa, la toma de decisiones, el esfuerzo, la tolerancia a la frustración o la autosuperación”, confirma el docente.
“Con los estudiantes de Secundaria planteamos la fabricación, construcción y programación del robot. Posteriormente, se desarrollan actividades para Infantil y Primaria. De este modo, el trabajo de los mayores repercute en los más pequeños y el aprendizaje es mutuo. Creo que es un buen ejemplo de lo que sería un proyecto transversal entre diferentes etapas que sitúa a los alumnos como protagonistas de su aprendizaje”, finaliza Nin, en referencia a un proyecto desarrollado con impresión 3D, otra de las áreas que más han llamado la atención, tanto de docentes como entre el alumnado.
Es gracias a proyectos como Scratch que se ha potenciado el auge de la robótica educativa en los centros. “Creo que esta vez están aquí para quedarse, pues cada vez hay más docentes interesados en estas tecnologías y que creen que tienen una aportación realmente significativa para el aprendizaje competencial de nuestros alumnos”, sostiene Artur Coll, quien no esconde su optimismo respecto al futuro que estas actividades tendrán, aunque para eso todavía hay que ver cómo acaba 2015.
Desafíos
Pensar en las elecciones de diciembre, es pensar en los desafíos necesarios que quien lidere el Ministerio de Educación deberá enfrentar, entre otros muchos temas, en materia de robótica educativa y de trazar los caminos que prepararán al alumnado para el futuro, con o sin la Lomce dirigiendo el currículo.
Es común oír estudios que evidencian la brecha entre lo que el mercado laboral demanda y lo que los jóvenes estudian o consiguen después de la educación obligatoria y postobligatoria. Pero, ¿por qué entonces no se toman las medidas necesarias para disminuir esa brecha o para despertar más vocaciones científicas? ¿Falta de recursos? ¿Falta de equipamientos tecnológicos? ¿Falta de interés?
“Está por ver si la implantación en la Comunidad de Madrid de la nueva asignatura obligatoria de Tecnología, Programación y Robótica tiene la respuesta que se espera. Nos encontramos en un momento idóneo para que la robótica educativa llegue a todos los centros, pero todo cambio necesita su tiempo y no tengo claro que en la próxima legislatura se generalice esta materia para los centros educativos del país”, dice Pau Nin, quien también ve cierta problemática en cuanto a los costes que implica poner en marcha nuevos proyectos, aunque la tecnología está siendo cada vez más asequible.
Coincide también Lía García, que habla de dotación en los centros educativos, pero de forma inteligente, “de manera que al final los materiales no se queden en el armario cogiendo polvo, porque son insuficientes para una clase entera, porque los docentes no saben manejarlos o porque con tanto programa no queda tiempo para dedicarse a trabajar con ellos”. También reclama una formación adecuada para el profesorado y que se favorezca el aprendizaje práctico, porque “sería una pena que al final la asignatura de robótica se quedase solamente en teoría”, añade.
“En el currículo oficial la tecnología tiene cada vez un papel más secundario, casi residual –afirma Artur Coll–, cosa que contrasta con el mundo en el que vivimos. Por otro lado, la robótica y la programación deberían tener un papel transversal en el currículo, poniendo énfasis en las metodologías para promover un aprendizaje realmente competencial por parte del alumnado”.
Mercedes Ruiz es todavía más tajante en su mensaje respecto a los desafíos para la próxima legislatura en materia de robótica educativa: “Esta vez [el Ministerio] lo tendrá muy fácil. Partir de los muchos casos de éxito que ya hay en múltiples aulas del mapa de España –explica– y de todo el excelente trabajo que se ha realizado”. Y Lía García finaliza, casi de forma profética: “No podemos cerrar la puerta a la robótica, porque al final es cerrar la puerta a nuestro mundo”. Por ahora, solo queda brillar en la ERW y seguir generando proyectos que tengan a la robótica como arma de educación masiva, aunque sea curso a curso.