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La revolución silenciosa: la educación prenatal como motor de transformación social

  • 18-10-2023 | Noelia García Palomares
  • A partir de la semana 13 del desarrollo fetal, el feto comienza a ser capaz de percibir algunos sonidos del cuerpo materno, como la voz de su madre, su respiración y sus pulsaciones. Esto se debe a que el sistema auditivo del feto comienza a desarrollarse y a que el líquido amniótico en el útero materno transmite vibraciones sonoras
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La educación prenatal es una disciplina científica que se abre paso en el ámbito de la Pedagogía con estrategias educativas para el desarrollo físico, intelectual e incluso emocional del niño desde la etapa prenatal, donde recibe impulsos de la vista, del tacto y del oído a las que puede responder. De hecho, se erige como un pilar fundamental en la atención médica de las futuras madres, con el objetivo de asegurar no solo un embarazo saludable sino también un inicio de vida prometedor para el bebé.

La educación prenatal no se limita a ofrecer conocimientos sobre cómo evitar embarazos no deseados o enfermedades de transmisión sexual, sino que también se enfoca en educar sobre el respeto por la vida y la importancia de la responsabilidad compartida en la decisión de traer un nuevo ser al mundo.

Este enfoque implica la preparación antes de la concepción y el reconocimiento del momento de la concepción como un punto crucial en la creación de un nuevo ser. Se destaca que la educación del nuevo ser comienza en ese instante y continúa durante la gestación, el nacimiento y la lactancia.

A lo largo de las décadas, se ha vuelto cada vez más claro que proporcionar información y apoyo adecuados durante el período de gestación es un factor determinante en la salud y el bienestar de la madre y el niño.

1. Empoderamiento de las futuras madres: La educación prenatal empodera a las mujeres embarazadas al brindarles información esencial sobre cómo cuidar de sí mismas y de sus bebés. Esto incluye conocimientos sobre la nutrición adecuada, el control de peso, el ejercicio y la importancia de evitar sustancias nocivas como el tabaco y el alcohol.

2. Reducción de riesgos: Al estar informadas, las futuras madres pueden tomar decisiones conscientes para reducir los riesgos potenciales durante el embarazo, incluyendo la prevención de enfermedades prevenibles y la identificación temprana de problemas médicos.

3. Preparación para el momento del parto: La educación prenatal desmitifica el proceso del parto, proporcionando detalles sobre las diferentes etapas, opciones de atención médica y estrategias para lidiar con el dolor. Esto garantiza que las mujeres estén mejor preparadas tanto física como emocionalmente para el parto.

4. Fomento del vínculo familiar: Involucrar a las parejas en la educación prenatal no solo fortalece la relación entre los padres, sino que también promueve una crianza más colaborativa y un apoyo mutuo durante el embarazo y el parto.

5. Reducción del estrés y la ansiedad: Comprender los cambios físicos y emocionales que conlleva el embarazo, gracias a la educación prenatal, ayuda a las futuras madres a enfrentar el estrés y la ansiedad con mayor eficacia, lo que beneficia tanto a su salud como a la del bebé.

El estrés y la ansiedad pueden desencadenar la producción de hormonas del estrés, como el cortisol, que pueden atravesar la placenta y afectar al feto. El estrés crónico durante el embarazo se ha asociado con un mayor riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer, lo que subraya la importancia de gestionar las tensiones emocionales. Además, los fetos son sensibles a las emociones maternas, manifestando cambios en la frecuencia cardíaca y los movimientos en respuesta a estas señales emocionales. El impacto potencial se extiende al desarrollo cerebral del bebé, ya que el estrés crónico puede afectar la formación y conectividad de las células cerebrales en desarrollo. Este fenómeno puede tener implicaciones a largo plazo en la salud emocional y el comportamiento del niño. De hecho, estudios han indicado que los bebés cuyas madres experimentaron altos niveles de estrés durante el embarazo pueden tener un mayor riesgo de problemas de comportamiento, trastornos del espectro autista, TDAH y problemas emocionales.

Por ello, Carmen Carballo Basadre, presidenta de la Asociación Nacional de Educación Prenatal (ANEP), destaca que la madre intente, durante este período, debe mantener pensamientos y sentimientos positivos, sabiendo que ello supondrá un beneficio para el desarrollo del hijo/a que lleva en su seno. Es más, Carballo considera que «seres que han sido concebidos y gestados con amor tendrán grandes posibilidades de ser naturalmente amorosos, pacíficos, solidarios, dialogantes, respetuosos. Seres que podrán conducirnos, quizás, a la sociedad de Paz, Justicia y Armonía estable, que estamos necesitando en el mundo actual».

Asimismo, cree fervientemente que esta disciplina debe entrar en el diseño curricular, desde infantil hasta la Universidad, y desde el campo de la Pedagogía Prenatal, nueva disciplina científica, que es la que podría llevar a cabo los programas de innovación, investigación y formación de los futuros profesionales que impartirían estos conocimientos en él.

Por ejemplo, a partir de la semana 13 del desarrollo fetal, el feto comienza a ser capaz de percibir algunos sonidos del cuerpo materno, como la voz de su madre, su respiración y sus pulsaciones. Esto se debe a que el sistema auditivo del feto comienza a desarrollarse y a que el líquido amniótico en el útero materno transmite vibraciones sonoras. Sin embargo, en esta etapa temprana, la percepción de sonidos es limitada y no se sabe con certeza si el feto puede realmente distinguir estos sonidos o comprenderlos de manera significativa. Sin embargo, a partir de las 22 la memoria auditiva en el feto es un tema de investigación en curso, y no hay consenso absoluto sobre cuándo exactamente comienza a desarrollarse. Algunos estudios sugieren que el feto puede comenzar a reconocer sonidos familiares, como la voz de la madre o la música que se reproduce con regularidad, en las últimas etapas del embarazo, pero la comprensión exacta de cuándo y cómo se desarrolla la memoria auditiva aún es objeto de estudio.

Expertos en la materia, como Agustín de la Herrán Gascón, del departamento de Pedagogía de la Universidad Autónoma de Madrid; Bianca Serrano Manzano, del departamento de Familia, Escuela y Sociedad de la Universidad Internacional de La Rioja; y, Sebastián Franco Llanos, doctorando del Programa de Doctorado en Educación de la Universidad Autónoma de Madrid, nos indican para este reportaje que la Pedagogía Prenatal busca entender cómo la educación prenatal puede contribuir a la educación de las personas y sociedades para una vida más consciente, desde la primera fase de la educación inicial. De hecho, «la educación desde la etapa prenatal podría ser una base formativa profunda y crucial en la configuración de una sociedad más empática y consciente. Ésta podría ser la clave para comprender y dar respuestas útiles a desafíos sociales y personales a nivel mundial que enfrentamos en la actualidad», coinciden. Ellos, como investigadores del tema en cuestión, definen la educación prenatal desde la Pedagogía Prenatal «como la primera fase de la “educación inicial” (desde antes de los —0,75 años de edad a los 3 años, aproximadamente). Es un conjunto de conocimientos y prácticas pedagógicas y didácticas fundadas científicamente, desarrollables desde antes de la concepción al nacimiento del niño/a».

Evidencia científica en el arte de la crianza

Los expertos instan al sistema educativo a incluir esta etapa dentro del currículo como una necesidad imperante. La idea es proporcionar información esencial y habilidades prácticas para enfrentar los desafíos de la crianza con confianza y competencia desde el principio. Esto implica que las escuelas, colegios e institutos deberían incluir esta materia en sus planes de estudio desde una etapa temprana, brindando a los jóvenes una sólida base en la ciencia de la crianza. Sin embargo, la educación prenatal no debe ser un simple ejercicio teórico. La calidad es clave, y es por eso por lo que se hace hincapié en la importancia de basar esta educación en evidencia científica sólida. Ésta se nutre de diversas disciplinas biosanitarias, como la obstetricia y la pediatría, enriqueciendo así su contenido y su relevancia. Esto asegura que los futuros padres estén bien informados sobre aspectos de salud críticos relacionados con la maternidad y la paternidad.

De la Herrán Gascón afirma que «es un escándalo que en 2023 la educación prenatal no se haya normalizado en los sistemas educativos y en la cultura general, y que no forme parte del corpus normal de la Pedagogía y de la Didáctica General». El investigador parafrasea a Marta Mata, presidenta del Consejo Escolar del Estado, cuando decía que «los dos primeros años son la vida entera». Y no sólo, añade Agustín. «Científicamente, el período más sensible son los 1000 primeros días, o sea, de la concepción a los 3 años, aproximadamente».

Es más, estos investigadores creen fervientemente que «la madre es la primera escuela del bebé uterino, una escuela inclusiva donde envolver al bebe prenatal en un entorno de amor educativo consciente». Cabe destacar que el entorno no solo lo componen los futuros padres y las familias, sino todos los que les rodean. con la finalidad de generar las mejores condiciones posibles desde el inicio.

Y es que la consideración pedagógica de la educación prenatal es una innovación fundamental que se concreta en cambios significativos para educadores, investigadores y para la sociedad en general. Los tres expertos abogan por que los cambios radicales en educación deben estar asociados a la educación prenatal, desde la Pedagogía Prenatal. Es decir, el cambio en el concepto actual de «educación prenatal». Por el período de referencia y su apertura, la educación prenatal desde la Pedagogía no es identificable a «educación maternal/paternal». Tampoco se restringe a la salud de la madre, ni equivale solo a «estimulación», «aprendizaje» o «adoctrinamiento». La educación es apertura, armonía natural, evolución interior, conciencia, no acciones egocéntricas, centradas en los padres, en intereses no pedagógicos, en el Estado, etc.

Por otro lado, el cambio en el período educable. Científicamente, el período clave son los mil primeros días, según la Sociedad Canaria de Pediatría de Santa Cruz de Tenerife, desde 0,75 a tres años, aproximadamente.

También, el cambio en la noción de educando. La educación es heredera de Comenio, que en el siglo XVII defendía la educabilidad del niño menor de 6 años. La posibilidad de educar desde mucho antes de hablar de «niño/a» es un evento social y pedagógicamente comparable.

El cambio en el sujeto de educación. La educación prenatal —como en el resto de los tramos formativos— comienza por los educadores.

La educación prenatal incide en tres sujetos: la sociedad (medios, redes sociales, instituciones, etc.), la familia (madre, padre, hermanitos/as, si hay, otros familiares) y el bebé uterino

Los investigadores también identifican la necesidad del cambio en los destinatarios de educación. La educación prenatal incide en tres sujetos: la sociedad (medios, redes sociales, instituciones, etc.), la familia (madre, padre, hermanitos/as, si hay, otros familiares) y el bebé uterino. El cambio en el alumnado. La posibilidad de una nueva etapa, en la que los primeros alumnos del sistema educativo sean los padres embarazados. El cambio (ampliación) en la formación de educadores profesionales en facultades de Educación o equivalentes. Y, por último, el cambio en la asociación «presupuestos-calidad educativa»: la educación prenatal es económica y beneficiosa, como apunta la «curva» del Nobel de Economía Heckman en sus numerosos estudios.

Agustín destaca también que «la educación prenatal desde la Pedagogía no es una innovación solitaria, no implica una renovación pedagógica aislada. Forma parte de un cambio radical del cambio educativo, facilitado desde el enfoque radical e inclusivo». Además de la habilitación de numerosos y variados cambios de todo orden, entre ellos, la habilitación de la Pedagogía de la muerte (se centra en la educación y la formación en relación con la muerte, busca comprender cómo la muerte afecta a la educación y promover una mayor comprensión y empatía en torno a este tema)».

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