El 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. En todo el mundo, la violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas. En lo que va de año, 38 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en nuestro país. Son 1.168 desde 2003. Aunque las cifras de 2022 muestran una disminución de las muertes, lo cierto es que aún queda mucho por hacer.
Uno de los principales focos a tener en cuenta a la hora de prevenir y concienciar contra la violencia de género son los jóvenes. La importancia de que las nuevas generaciones asuman como propia la lucha por la igualdad es clave para el futuro de nuestra sociedad. Sin embargo, vivimos momentos convulsos y de mucha polarización. En 2021, el Barómetro Juventud y Género del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud alertaba de que el 20% de los jóvenes de entre 19 y 25 años entrevistados negaban la existencia de la violencia de género, a la que consideran «un invento ideológico». Además, 1 de cada 10 chicos consideraba que las desigualdades de género no existen. Eso sí, también había lugar para la esperanza: desde 2017 y hasta 2021, el porcentaje de mujeres que se consideran feministas ha pasado del 46% al 67%; el de hombres, del 23% a casi un 33%.
La Fundación FAD Juventud acaba de lanzar un estudio que señala que uno de cada diez jóvenes vive la masculinidad alineada con las ideas más machistas que justifican el uso de violencia o la prostitución. «Ser un hombre de verdad» se relaciona con tener la última palabra en su relación o justificar, incluso, el uso de la violencia si se necesita.
Con los datos sobre la mesa, cobra especial importancia el papel de los centros educativos como elementos coeducadores. En especial, con una nueva ley educativa que recoge este término explícitamente y de forma transversal. Alicia Boluda Albinaya, de Docentes Feministas por la Coeducación, cree que la concienciación y la prevención de la violencia machistas en las aulas no es solo relevante, sino que «debería ser un imperativo». Nos cuenta que, en las jornadas formativas a las que ha asistido en los últimos días, las ponentes expertas han coincidido en que cada vez acuden más hombres jóvenes y adolescentes a tratar sus conductas violentas con sus parejas mujeres en determinados programas de prevención y reinserción. Por otro lado, destacaban que cada vez hay más denuncias por agresiones sexuales a chicas jóvenes y adolescentes, a pesar de que solo se denuncia en torno al 10% de las que se estiman que ocurren.
Carmen Ruiz Repullo, socióloga especializada en violencia de género en adolescentes y jóvenes asegura que, aunque no es la mayor parte del alumnado, hay un porcentaje —en torno al 20-25%— que silencia al resto. «Te cuestionan los datos, no quieren hablar del tema. Tienen un discurso formado por 4 frases de 140 caracteres sin elaboración teórica ninguna que repiten una y otra vez»
Sobre los talleres que —en particular, en estas fechas- se imparten en colegios e institutos para advertir contra la violencia machista, en Docentes Feministas por la Coeducación insisten en que, aunque el efecto no sea inmediato, existe. Sin embargo, Alicia Boluda también reconoce que, en los últimos años, han encontrado cierta reacción contraria en los centros educativos. Una circunstancia que relaciona con varios factores. Por un lado, «las ideas que circulan en nuestra sociedad y que apuntan a que ya existe la igualdad, a que los casos de violencia de género son algo puntual o que también hay hombres que sufren violencia». Unos discursos que terminan calando en los más jóvenes. Otro factor crucial es la existencia de lo que se conoce como manosfera. Se trata, según nos explica Alicia Boluda, de un espacio en la red compuesto por «contenido creado por hombres —algunos muy jóvenes o, incluso, menores- que trata de contraprogramar la agenda feminista».
Ejemplo de ello son, por ejemplo, algunos youtubers célebres que se dedican a desmontar los mensajes feministas mediante «falacias y asimilaciones que al mundo adulto le resultan ridículas, pero que las mentes jóvenes no son capaces de desentrañar ni de desarticular».
Esa actividad online se ve reflejada en las aulas. Carmen Ruiz Repullo, socióloga especializada en violencia de género en adolescentes y jóvenes asegura que, aunque no es la mayor parte del alumnado, hay un porcentaje —en torno al 20-25%- que silencia al resto. Lamenta el cuestionamiento que, en muchos casos, se encuentra en los centros educativos: «te cuestionan los datos, no quieren hablar del tema. Tienen un discurso formado por 4 frases de 140 caracteres sin elaboración teórica ninguna que repiten una y otra vez». Advierte también de que un sistema de poder como el patriarcal, si ve su privilegio amenazado, comienza a diseñar estrategias de rearme. En este caso, Carmen Ruiz Repullo se refiere a la misoginia de los algoritmos, a través de los cuales se transmiten mensajes contra la libertad de la mujer o se difunden bulos.
Agustín Zaragoza es profesor de Filosofía y pasa muchas horas en clase con chicos y chicas adolescentes. Es, además, agente de igualdad y miembro de la Associació per la Coeducació. En su experiencia, reconoce y celebra que hay más concienciación de que existe una violencia contra la mujer por el hecho de serlo, pero, al mismo tiempo, ve más machismo y más patriarcado. Cree que «aunque haya más conciencia, la discriminación hacia las mujeres es mucho más sutil. Eso hace que sea más difícil detectarlo también en el aula, sobre todo, si no tienes una perspectiva coeducativa». Reivindica que la lucha por la igualdad ha de ser un compromiso del día a día y no de fechas marcadas en el calendario. Destaca que las aulas son «pequeños laboratorios. Es donde los alumnos van a escuchar discursos contra la violencia de género. Tenemos que aprovechar esa circunstancia. Frente a discursos patriarcales y misóginos de la sociedad, coeducación en el aula».
La LOMLOE suma, pero no soluciona
Agustín Zaragoza (profesor de Filosofía) pasa muchas horas en clase con chicos y chicas adolescente. Reconoce que hay más concienciación, pero también más machismo y patriarcado. «Aunque haya más conciencia, la discriminación hacia las mujeres es mucho más sutil y difícil de detectarla en el aula, si no tienes una perspectiva coeducativa»
La LOMLOE se presenta como una de las principales herramientas para poder educar en igualdad. Sus constantes alusiones a una coeducación transversal hacen que, por primera vez, esté vigente un texto legal tan comprometido con la causa. Sin embargo, los coeducadores se muestran cautos. Agustín Zaragoza aplaude que la legislación se centre en estos temas, pero cree que sin recursos y sin formación obligatoria para el profesorado, todo puede quedar en «papel mojado». En el mismo sentido se pronuncia la socióloga Carmen Ruiz Repullo, que señala que «una cosa es lo que pone en la Ley y otra cómo se lleva a cabo en las 17 comunidades autónomas».
En DoFemCo dicen ser conscientes de que entre el marco teórico y la aplicación práctica hay desajustes importantes y se crean, a veces, lagunas. Algo que ocurre, por ejemplo, por la carencia de perspectiva coeducativa del profesorado. En la asociación creen que los docentes, mayoritariamente, no están formados en coeducación y, por tanto, «no hacen un análisis de los factores que provocan las desigualdades por sexos en la escuela». Reconocen que los claustros están abrumados con la burocracia, con cambios en las programaciones y las distintas problemáticas que tienen que asumir sin tener preparación para ello. Ello provoca que, en muchos casos, la igualdad quede en un segundo plano, ante un panorama inabarcable.
La Associació per la Coeducació, en boca de Agustín Zaragoza, pide «más implicación del profesorado, sobre todo de los hombres». También consideran relevante que se trabaje de manera personalizada con los chicos y con las masculinidades de manera transversal: lo cómodo es hacer un taller y políticas públicas de brilli brilli, pero la coeducación tiene que estar presente en el día a día».
Algunos recursos para coeducar
- Women’s Legacy Project
- Instituto de las Mujeres
- REICO — Comunidad Valenciana
- Recursos Instituto de las Mujeres
- La igualdad también se aprende: cuestión de coeducación, de Elena Simón
- Coeducación: apuesta por la igualdad, de Marina Subirats
- Educar a un niño en feminismo y Educar en feminismo, de Iria Marañón