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Deseos para el 2023 educativo
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Deseos para el 2023 educativo

  • 10-1-2023 |

    Noelia García

  • Más inversión y mayor facilidad para que todo joven capaz pueda acceder al conocimiento, con independencia de los recursos que posea su familia, es uno de los deseos que más piden para este año nuevo
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Noelia García

Comienza el año 2023 y Cuadernos de Pedagogía ha preguntado a la comunidad educativa cuáles son los deseos con respecto a este asunto. La educación es el instrumento más poderoso del que dispone la sociedad para garantizar una verdadera igualdad de oportunidades que permita que funcione el ascensor social. Un sistema educativo de calidad financiado con dinero público y que, además, ponga la máxima atención en las familias con el nivel socioeconómico más bajo es un objetivo común. Una de las peticiones históricas de la comunidad educativa ha sido dignificar el sistema educativo y se pase de un gasto público que actualmente representa alrededor del 4,25% del PIB a valores cercanos a la media de la OCDE que rondan el 5%. Un pacto educativo es la eterna asignatura pendiente de nuestro sistema. Hasta ahora no ha sido posible porque los partidos políticos no generan un consenso básico respecto de los temas educativos y hay un debate muy politizado sobre la educación. Tampoco se puede olvidar el reto de lograr unas enseñanzas menos académicas y más prácticas. Y, por supuesto, la digitalización, que ha irrumpido con una fuerza enorme y eso es imparable.

Reformar la educación española es un camino de mejora continua que debe recorrerse entre todos. Esto implica actuaciones coordinadas entre las administraciones con competencias en materia educativa y los distintos agentes del sector educativo, públicos y privados.

Andrea González Henry, presidenta del CJE (Consejo de la Juventud de España)

¿Qué debe cambiar en el panorama educativo?

Hay muchas reformas necesarias para actualizar el sistema educativo, pero es importante que en todas ellas se ponga al estudiantado en el centro del sistema educativo. Y aunque parezca una medida simple, su implicación conlleva tantos cambios estructurales y metodológicos que es la mayor lucha del Consejo de la Juventud de España

Que los y las estudiantes estén en el centro significa que su participación en el sistema debe de ser activa y en igualdad de condiciones al resto de sectores de la comunidad educativa pero también significa que se diseñen metodologías de aprendizaje que se centren en el estudiante, y no en el conocimiento

Y es evidente que, para poder llegar a ello, es impresionable garantizar la estabilidad legislativa en materia de educación. Ese debe ser el punto de partida del cambio en el panorama educativo y con la necesidad de colaboración de todos los grupos parlamentarios y pensando siempre en el fin último de la educación, sus estudiantes.

¿Qué retos hay pendientes de cara a 2023?

Son incontables los retos para este 2023: la dotación de recursos al sistema educativo es un aspecto fundamental y debe hacerse manera integral, desde la formación, la ampliación del cuerpo docente; el acondicionamiento de aulas y la ampliación de centros; la potenciación de la figura de orientación; y la creación y fomento de escuelas de familias.

¿Qué le pides a 2023?

En relación con lo que hemos descrito anteriormente, desde el Consejo de la Juventud de España, le pedimos al 2023 en materia de educación que las administraciones públicas garanticen la participación del estudiantado en la organización, el gobierno, el funcionamiento y la evaluación de los centros. Pero también exigimos un aumento de la financiación al 7% del PIB, reducir las ratios a 1-20, mejorar el sistema de gestión de becas no solo aumentando la financiación y actualizando los umbrales sino también adelantando los plazos para que todos los estudiantes puedan cobrar su beca antes de que empiece el curso académico.

Beatriz Chinchón, madre de dos hijos (Madrid)

¿Qué debe cambiar en el panorama educativo?

Voy a hablar desde el punto de vista de la educación pública que es a la que asisten mis hijos. Considero que el sistema debe mejorar la orientación académica, los alumnos no saben que asignaturas optativas escoger, a qué ramas acceder. En mi caso particular de mi hijo la jefa de estudios los programas de formación y sobre todo renovar al profesorado. Depende mucho del «profesor que te toque» y al ser funcionarios los equipos directivos de los centros no hacen o no pueden hacer nada a la hora de que un profesor imparta su asignatura de una determinada manera o en cómo se relaciona con los alumnos. Asignaturas en las que suspende toda la clase, no creo que sea problema del poco estudio de los alumnos sino de la forma en la que imparte la materia el docente. El poder suplir las bajas del profesorado y que no estén semanas sin dar esa asignatura. La dinámica de vamos a ver una película en la clase, simplemente porque faltan tres días para las vacaciones de navidad.

¿Qué retos hay pendientes de cara a 2023?

Tengo una hija con dislexia y en su centro la tienen que hacer una adaptación metodológica, lo que no es más que realizarle algunas pruebas orales en vez de todas escritas, leerle los enunciados de los exámenes (sobre todo en los problemas de matemáticas y física), darle más tiempo para realizar los controles...únicamente se hace lo último. Los centros no están preparados para enseñar a los niños que necesitan que les enseñen, mientras los alumnos van solos al ritmo que marca el profesor está todo bien, pero si hay alguno que se descuelga, no se le recoge. En mi caso intento estar en contacto con la tutora para que no se «olviden» de esa adaptación. Es una tarea pendiente que los centros se adapten al alumnado y no al contrario, niños con diabetes que necesitan una enfermera en el centro pero que no se solicita por falta de dinero.

¿Qué le pides a 2023?

Pido atención, dedicación y motivación por parte de los centros. En los centros concertados y/o privados se realizan muchas actividades para tratar de enfocar a los alumnos a las carreras que pueden optar, en los públicos depende de que las familias y los chicos se muevan. Pido que los profesores «asesoren» a los alumnos no que directamente se les diga para lo que «según ellos» valen los chavales, sin tener en cuenta sus gustos y aptitudes, simplemente sus calificaciones que en muchos casos variaría si el profesor fuese capaz de motivar al alumno.

David Armenteros Barroso, coordinación grupo Educación de FELGTBI+

¿Qué debe cambiar en el panorama educativo?

Aunque la educación ha cambiado mucho durante los últimos cursos, todavía queda mucho trabajo por hacer para que consigamos la plena inclusión de toda la comunidad educativa.

La diversidad todavía no es tenida en cuenta en todas las aulas o asignaturas. Hay alumnos, alumnas y alumnes que siguen sufriendo discriminación o bullying. Es muy importante que sigamos esforzándonos para que todos, todas y todes se sientan seguros cuando llegan al aula.

También debemos dar más importancia a todos los tipos de familias. Desde el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 nos recuerdan que existen diferentes modelos de familia y todos están en nuestras aulas. Desde la comunidad educativa tenemos que visibilizar esta realidad y hacer que estas familias no se sientan discriminadas en el sistema educativo.

Los profesores tenemos que conseguir que nuestras aulas sean espacios seguros para los alumnos, las alumnas y los alumnes. Tenemos que ser referentes, por eso desde la FELGTBI+ reivindicamos la visibilización de los profesores del colectivo, ser visibles puede ayudarles más de lo que pensamos.

Me preocupa mucho el mal llamado «pin parental». Parece que no todo el mundo tiene claro que la educación es un derecho fundamental para los niños, las niñas y les niñes. Esto significa que debemos garantizar que reciben una formación de calidad e integral, por eso la diversidad tiene que estar presente en todas las aulas y asignaturas. La comunidad LGTBI+ somos una realidad y debemos visibilizarnos dentro del aula para que las futuras generaciones sean más tolerantes y diversas.

¿Qué retos hay pendientes de cara al 2023?

Iniciativas como «Rede Educativa de Apoio LGBT de Galicia» me parece fundamentales. Gracias a esta red de docentes, sus aulas y sus centros están convirtiéndose en espacios seguros para los alumnos, las alumnas y les alumnes LGTBI+.

Creo que un reto muy importante para la comunidad educativa es conseguir estas iniciativas se extienda a todas las comunidades.

También tenemos que conseguir que la comunidad LGTBI+ sea más visible.

¿Qué le pides a 2023?

Al 2023 le pido que todas las aulas sean espacios seguros. Que los docentes trabajen para que la diversidad LGTBI+ sea visibles en sus aulas.

Que las familias LGTBI+ sean visibles y no tengan miedo porque los niños, las niñas y les niñes sean discriminados. Me encantaría ver como las familias forman parte de la vida de los centros, participando en charlas o actividades sobre educación afectivo sexual. Las familias LGTBI+ son fundamentales para que la comunidad educativa.

Me gustaría que, en 2023, el día del Orgullo LGTBI+ sea importante para la comunidad educativa y que todos los centros educativos lo celebren, que la bandera LGTBI+ ondee en todas las aulas.

Ahora que el Proyecto de Ley para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Trans y para la Garantía de los Derechos de las Personas LGTBI ha sido aprobada en el Congreso de los Diputados, le pido a los políticos que no den ni un paso atrás y la apliquen. Los derechos de las personas trans y de la comunidad LGTBI+ no se negocian y desde la comunidad educativa tenemos que seguir luchando.

Tengo la esperanza de que el camino que hemos comenzado en 2022 con esta ley va a conseguir que las futuras generaciones sean más tolerantes y diversas.

En un año de elecciones autonómicas, municipales y generales estaremos muy atentos a lo que cada partido propone en su programa para el sistema educativo y especialmente todo lo relacionado con la enseñanza concertada, privada y atención apersonas con discapacidad.

Fernando Boillos, profesor en Sant Josep Carmelitas Misioneras de Barcelona

¿Qué debe cambiar en el panorama educativo?

Lo primero que debe cambiar en el panorama educativo es la mirada del docente y que esa mirada se vea reflejada en las leyes educativas. Los docentes somos agentes de cambio y debemos ser escuchados por políticos y legisladores. Ese cambio ya se está dando en las escuelas. Cada día somos más docentes los que pensamos que hay que cambiar la escuela desde dentro. Es necesario colocar al alumno en el centro del sistema. Si pienso en la educación que quiero: veo clases personalizadas, de grupos más reducidos donde se trabajan competencias y destrezas, donde las habilidades blandas como la inteligencia emocional tienen cada día más importancia y donde se personalizan aprendizajes para lograr llegar a cada alumno. La escuela del futuro tiene nuevos y diferentes espacios y en ella, se fomenta la creatividad, el emprendimiento y se trabaja en colaborativo.

¿Qué retos hay pendientes de cara a 2023?

Dar más voz a los alumnos y conseguir un pensamiento crítico. Los docentes tenemos como reto principal conseguir un aprendizaje significativo en nuestro alumnado. No podemos dedicarnos exclusivamente a transmitir datos y conceptos para que los alumnos los memoricen. Debemos despertar su curiosidad a través de retos que deben resolver buscando información, investigando y planteándose interrogantes. Más que enseñar a dar respuesta a preguntas y resolver problemas debemos enseñar a plantear preguntas y problemas. Vivimos en un mundo donde toda la información está a golpe de click pero hemos de enseñar a nuestros alumnos a no caer en la desinformación y la post verdad.

¿Qué le pides a 2023?

Sigo pidiendo un pacto educativo a los poderes políticos. Le pido que la educación deje de utilizarse como moneda de cambio en España. Porque no es la educación en sí misma lo que se están jugando, sino el futuro de un país. Soy profesor de ciencias sociales y a mis alumnos siempre les explico que la riqueza de un país va de la mano de la educación. Ojalá, si alguno llega a ser presidente o ministro alguna vez no se olvide de eso y mejore lo que sus antecesores no supieron o no quisieron mejorar.

Francisco García Suárez, secretario general de la Federación Estatal de Enseñanza de CCOO

¿Qué debe cambiar en el panorama educativo?

Creo que lo primero que debería cambiar en el panorama educativo es el talante, la forma de abordar los debates educativos, dejando a un lado la crispación. Hay que abandonar la lógica que convierte a la educación en un campo de batalla político, en el que las leyes educativas se suceden a golpe de los cambios de gobierno, lo que desorienta al profesorado y a la sociedad en su conjunto sobre los fines de la educación y no permite abordar los grandes retos del sistema educativo.

Al calor de debates profundamente partidistas, hemos asistido a la descomposición de la comunidad educativa en una miríada de intereses diversos. Las patronales de la privada han defendido con uñas y dientes la libertad de elección de centro, generando deliberadamente una confusión entre sus propios intereses y los del sistema educativo y el país. Los partidos políticos, según su orientación, han contribuido al ruido más que al debate, posición que también se ha adoptado desde los agentes sociales.

Hemos terminado discutiendo sobre si estaba en riesgo la cultura del esfuerzo, y no ha habido un verdadero debate sobre si los cambios propuestos se alineaban más con los modelos educativos de los países de nuestro entorno y con las necesidades de la sociedad del siglo XXI, sobre el necesario equilibrio entre calidad y equidad, sobre la importancia de la educación en la consolidación de una sociedad democrática, sobre el papel de la educación como ascensor social, etc.

Desde luego, se ha obviado al profesorado, tanto en la gestación de la nueva ley educativa, como en el papel crucial que tiene en su desarrollo. Dejar de lado al profesorado en los grandes debates educativos es otra de las cosas que deben cambiar. Un profesorado que, por otra parte, ha visto como sus condiciones laborales se han deteriorado en los últimos años.

Y, por último, cuando hablamos de educación siempre se deja de lado la financiación del sistema educativo, asignatura pendiente en nuestro país, que adolece de unas tasas de inversión educativa históricamente inferiores a las de los países de nuestro entorno. En nuestra opinión, sin recursos suficientes no mejoraremos de forma relevante en nuestros resultados educativos.

De modo que el cambio más necesario pasaría por promover un gran acuerdo social y político por la educación pública que diera estabilidad y certidumbre a nuestro sistema educativo, con un respaldo financiero suficiente que pusiera en valor al profesorado como clave de bóveda del sistema educativo, y mayor relevancia a las políticas socioeducativas que contribuyan a fortalecer la equidad.

¿Qué retos hay pendientes de cara a 2023?

Junto a los que acabo de citar, considero que el principal reto pendiente es la regulación de la profesión docente. Una regulación que está prevista en la LOMLOE y que no se ha abordado de forma decidida por parte de los responsables ministeriales, a los que veo con poca gana de hincarle el diente a este necesario y crucial debate.

El Estatuto Docente debería ser la fórmula jurídica que adoptara esa regulación de la profesión, que debería abordarse como un todo coherente en un proceso de negociación con las organizaciones representativas del profesorado, en paralelo al necesario diálogo con universidades, comunidades autónomas... Desde este punto de vista, el Ministerio de Educación ha puesto sobre la mesa un documento con 24 medidas insuficientes, ya que no aborda la profesión en su globalidad, dejando fuera todo lo que tiene que ver con las condiciones laborales y el desarrollo o carrera profesional, que son elementos centrales del debate. Sin eso, no hay Estatuto Docente. Por otro lado, tampoco ha llevado el texto a la mesa de negociación, con lo que todo ha quedado reducido a una operación de imagen.

El Estatuto debe regular la formación inicial y permanente, el acceso a la profesión y a la función pública docente, los derechos y deberes del profesorado, sus condiciones laborales y la carrera profesional. No se trata aquí de desarrollar todas esas importantes cuestiones, aunque sí de señalar que CCOO tiene una propuesta sobre los diferentes temas que vamos a someter a la consideración del profesorado.

Ahora que la Ley de Formación Profesional ha entrado en vigor, tenemos pendiente la tramitación de una ley que regule las Enseñanzas Artísticas, definiendo este marco formativo, y consolidando y dignificando estas enseñanzas y a sus profesionales.

Urge resolver algunos aspectos relacionados con las condiciones laborales del profesorado a la vez que, con la calidad de la enseñanza, como son la reducción del horario lectivo del profesorado y de las ratios. Ambas variables fueron incrementadas con los recortes que se regularon en el RD 14/2012 y no han sido revertidas de forma satisfactoria. Las 18 horas lectivas para el profesorado de Secundaria y las 23 para el de Primaria, al igual que la reducción de las ratios, son elementos imprescindibles para mejorar la calidad de la enseñanza en un escenario de implantación de una reforma educativa que se pretende inclusiva y que apuesta por una educación más personalizada.

¿Qué le pides a 2023?

Avanzar en todas las cuestiones planteadas es un objetivo que nos marcamos en CCOO. No será fácil, pero es necesario para consolidar un sistema educativo de calidad con equidad, estable en el tiempo y con recursos suficientes que pongan de manifiesto que la educación es una prioridad en la agenda política y económica con un profesorado valorado y con reconocimiento social, y que deje finalmente atrás las secuelas de los recortes.

Francisco López Rupérez, director de la Cátedra de Políticas Educativas de la Universidad Camilo José Cela y expresidente del Consejo Escolar del Estado

¿Qué debe cambiar en el panorama educativo?

En 2023 estaremos insertos en pleno proceso de implementación de una reforma educativa tan ambiciosa como socialmente contestada. Ben Levin que, además de académico del ámbito de la educación, fue ministro del ramo en la provincia canadiense de Ontario, al reflexionar sobre lo que hemos aprendido a lo largo de 50 años de reformas educativas, afirmaba «Si hay una cosa que hemos aprendido sobre política educativa es que ordenar a la gente que lo haga mejor no podrá tener éxito sin comprometer sus corazones y sus mentes». Esa es también para mí la dirección esencial del cambio.

¿Qué retos hay pendientes de cara a 2023?

El sistema educativo español ha de evolucionar de modo que base en la evidencia sus políticas educativas y sus cambios. Además del sentido común, disponemos de una evidencia empírica robusta sobre el papel crucial de la calidad del profesorado. Por tal motivo, si tuviera que elegir un solo reto pendiente de cara a 2023 este sería, sin lugar a duda, desarrollar un conjunto atinado y efectivo de políticas centradas en el profesorado: en lo esencial, las políticas de acceso a la profesión docente, las políticas de desarrollo profesional y las interacciones entre ambas. Sin ello, ninguna reforma curricular tendrá éxito.

¿Qué le pides a 2023?

Que recuperemos un cierto sosiego en materia educativa. Afirmaba el sociólogo francés Jacques Lesourne que «la educación es una zona de conflictos»; pero esta circunstancia no se puede agravar a consecuencia de errores políticos y derivas ideológicas. La educación española no avanzará como el contexto requiere, a menos que se logre un cierto acuerdo político —siquiera sea de mínimos— que dote al sistema de una estabilidad básica, de largo plazo, absolutamente necesaria.

Jesús Pueyo, secretario general de FSIE nacional

¿Qué debe cambiar en el panorama educativo?

El sistema educativo necesita estabilidad, certidumbre y seguridad. Es necesario alcanzar un Pacto Educativo Estatal que promueva una ley de educación que supere la confrontación pública-concertada-privada y consiga implicar al profesorado en su aplicación. En el sistema educativo cabemos todos.

Tenemos una ley aprobada sin el diálogo y consenso necesarios. Una Ley que está ocasionando muchos problemas al profesorado. Se debería haber demorado su entrada al menos un curso escolar, porque su normativa se ha aprobado muy tarde, el profesorado no ha recibido formación para aplicarla y tiene serios problemas con la programación y evaluación y, además, se le está saturando de una excesiva burocracia que resta tiempo de atención al alumnado.

¿Qué retos hay pendientes de cara a 2023?

Muchos, pero por destacar algunos:

  • Es imprescindible reformar, mejorar y prestigiar la profesión de todos los docentes con independencia del tipo de centro en el que trabajen.
  • Clarificar definitivamente cómo va a ser la EBAU es un tema que preocupa mucho al profesorado y alumnado.
  • Extender la gratuidad de la enseñanza al tramo 0-3 años y el bachillerato mediante conciertos educativos con entidades sin ánimo de lucro.
  • El sector de la enseñanza concertada debe recibir la financiación adecuada que permita que sus profesionales, docentes y personal complementario y de administración y servicios puedan mejorar sus condiciones laborales y que los centros puedan afrontar los gastos que tiene garantizando en cualquier caso la gratuidad real del puesto escolar.
  • Recuperar el poder adquisitivo de todos los trabajadores del sector de la educación y atención apersonas con discapacidad

¿Qué le pides a 2023?

Fundamentalmente diálogo, negociación y acuerdo con las organizaciones patronales y las administraciones públicas, especialmente con el Ministerio de Educación y Formación Profesional, en el marco de la mesa sectorial de la enseñanza concertada. Si no hay voluntad política de hablar con los agentes sociales y no se acuerda con ellos las cuestiones que deben implementarse, difícilmente mejorará el sistema educativo.

Jorge Cubo Álvarez, alumno de 2º IB Brains La Moraleja

¿Qué debe cambiar en el panorama educativo?

En mi opinión, la educación debe realizar un cambio drástico tarde o temprano. El sistema educativo actual es similar al de las últimas décadas con ciertas reformas y cambios periódicos, que realmente no arreglan los problemas que existen. Según avanzan las tecnologías, todos los sectores de la población se adaptan menos la educación. Ahora mismo, si quieres conocer cualquier dato, puedes buscarlo en internet y encontrar la respuesta a casi cualquier pregunta que te surja. Es por ello que se debe cambiar de un modelo basado en memorizar a un modelo que implique pensar y aplicar lo aprendido. Por supuesto, los conceptos y conocimientos «primarios» deben ser dominados y memorizados, pero para el resto se debe cambiar la manera de aprender y que lo aprendido perdure más de dos días después del examen. Muchas asignaturas basadas en este sistema de memorización han de ser remplazadas, y sería de gran ayuda introducir otras que nos preparen para la realidad laboral y social con la que nos encontraremos al terminar el instituto o la universidad. Por ejemplo, serían interesantes asignaturas que nos enseñen manejar nuestras finanzas como hipotecas, préstamos o la declaración de la renta u otras relacionadas con la comunicación o expresión verbal o dominio real del inglés. Estas son cuestiones que vemos por primera vez cuando somos adultos. También podríamos aprender las bases de la actividad sanitaria, para que si hay alguna emergencia podamos actuar de la mejor manera posible o aprender a cuidarnos y a cuidar de otros.

Además de esto, hacer cambios constantes en la educación, cada vez que cambia el gobierno, no hace que avancemos, sino que nos estanquemos. Es necesario que en vez de cambiar las leyes educativas cada vez que un partido accede al poder, establezcamos una ley de educación moderna y eficaz fruto del consenso entre los grupos mayoritarios, destinada a perdurar e incrementar el conocimiento de los estudiantes.

¿Qué retos hay pendientes de cara a 2023?

Debemos revaluar el sistema de pruebas de acceso a la universidad. Tenemos encontrar una prueba igualitaria en todo el país con los mismos contenidos y criterios, para así asegurar la igualdad de oportunidades a la hora de cursar nuestros estudios universitarios. O que al menos, cuando un estudiante quiera estudiar en una comunidad que no es la suya, deba realizar el mismo examen que todo el resto de los estudiantes que también deseen estudiar en dicha comunidad. Porque los mejores estudiantes y con más competencias deben estudiar en las universidades con más prestigio con el objetivo de formar a los mejores profesionales posibles, ya que solo así seremos capaces de evolucionar como país y sociedad.

¿Qué le pides a 2023?

En este nuevo año se debe asegurar que cada estudiante tenga la oportunidad de forjar su propia opinión basada en el conocimiento y que pueda expresarse de forma libre y respetuosa. Es por todo esto que necesitamos alejar el aleccionamiento de las aulas. Es importante evitar el condicionamiento de cada persona según las opiniones de terceros, promoviendo la libertad de pensamiento y la libertad de expresión y fomentando el debate de ideas.

Luz Martínez Seijo, Portavoz de Educación del PSOE en el Congreso de los Diputados

¿Qué debe cambiar en el panorama educativo?

El nivel de crispación y confrontación, el ruido innecesario, la información sesgada. Al igual que en otros países europeos, en España se debe introducir un debate sereno y calmado, basado en evidencias científicas, datos reales y sin prejuicios, que permita a la sociedad española considerar la educación como una prioridad y un bien común, para avanzar en los retos y objetivos pedagógicos necesarios, en forma de acuerdos y consensos duraderos.

¿Qué retos hay pendientes de cara a 2023?

La implantación de la LOMLOE y de la Ley de FP, con la implicación y cooperación de los y las docentes. El reto de aplicar el currículo y la evaluación competencial son objetivos que requieren formación del profesorado y cambios profundos en la práctica docente, con la introducción de más innovación y digitalización. Y para ello, se requiere trabajar en el bienestar emocional de los docentes, punto de apoyo que hace posible todas las mejoras y el avance del sistema, y de los estudiantes.

¿Qué le pides a 2023?

Ilusión para afrontar los cambios de las nuevas leyes; que el ritmo del currículo no merme el deseo de aprender del alumnado; que el 2023 sea el año del profesorado, con una mejora sustancial en las condiciones y posibilidades del docente. Que la FP, con todos los recursos que el Gobierno ha desplegado, marque la senda de avance en la construcción y desarrollo de un modelo económico sostenible. Finalmente, sería deseable una educación más cercana a las necesidades de quien aprende, desde la municipalidad.

María Carmen Morillas Vallejo, de Fapa Francisco Giner de los Ríos

¿Qué debe cambiar en el panorama educativo?

Es necesario avanzar en educación, en la Comunidad de Madrid llevamos más de dos décadas de políticas neoliberales que es necesario revertir si queremos que la cohesión y la justicia social sean las protagonistas. Madrid es una de las Comunidades que menos invierte en educación y donde las familias más tenemos que gastar duplicando, prácticamente, la media nacional. Esta situación es inadmisible, genera desigualdad y cierra puertas a las familias que se encuentran en una situación vulnerable, la educación no debería ser un negocio, es un derecho fundamental que la administración debe garantizar.

¿Qué retos hay pendientes de cara a 2023?

Para el 2023 quedan muchos retos pendientes, estamos inmersos en la implantación de una nueva Ley educativa que, entre otras características, nos trae un enfoque competencial. Saber poner en práctica los conocimientos que se van adquiriendo es fundamental para que el aprendizaje sea útil. Este curso se está implementando en los cursos impares, para el siguiente será en los pares. Estaremos pendientes del análisis de la implantación para poder localizar las fortalezas y debilidades y de esta manera poder plantear propuestas de mejora.

En la Comunidad de Madrid seguiremos trabajando reivindicando unas infraestructuras dignas y de calidad públicas, necesarias para poder garantizar el acceso a una educación gratuita, la gratuidad de la enseñanza invirtiendo en la pública, ampliar la oferta pública de Formación Profesional ya que hay grados que sólo existen en la privada, la dignificación de la Educación Infantil, el aumento de los profesionales como pueden ser los PTSC (Profesorado Técnico de Servicios a la Comunidad), Orientadores, figura de enfermería en los centros educativos...

¿Qué le pides a 2023?

Más inversión en educación, más y mejor Escuela Pública.

Maribel Loranca, secretaria de enseñanza de UGT

¿Qué debe cambiar en el panorama educativo?

El Sector de Enseñanza de UGT-Servicios Públicos exige un compromiso real a las distintas administraciones educativas (Gobierno y CCAA) para que la Educación esté en el centro de la acción política, convirtiéndola en una prioridad de Estado. Lo que supone la potenciación de la escuela pública como eje vertebrador de nuestro sistema educativo, sin descuidar la mejora de las condiciones sociolaborales de los trabajadores de las distintas redes y desterrar las políticas educativas ultraliberales llevadas a cabo por algunas administraciones.

Los poderes públicos deben dar respuesta a los verdaderos problemas a los que se ven sometidos el profesorado y su alumnado mediante una financiación adecuada y abordar la negociación de temas que preocupan al profesorado como la elaboración de una Ley específica de enseñanzas artísticas, el desarrollo normativo de la LOMLOE y la Ley de FP, los procesos de estabilidad en la educación o la negociación del estatuto de la función pública docente, entre otros, con vocación de estabilidad y equilibrio basada en acuerdos amplios.

¿Qué retos hay pendientes de cara a 2023?

La implantación de la nueva ley educativa LOMLOE en los cursos impares, que se completará en 2023-24 en los cursos pares, está suponiendo un plus de esfuerzo para los centros educativos y los docentes. Ahora mismo, en los centros educativos hay preocupación por el retraso con el que se han ido publicando los distintos currículos que deben empezar a aplicarse, y el esfuerzo extra que supone para el profesorado la adaptación de las programaciones de aula al nuevo currículo competencial, aunque creemos que todo el mundo es consciente del tiempo real que conlleva toda reforma educativa.

La reforma educativa se debe gestar en las aulas y el profesorado necesita las herramientas y los recursos necesarios para preparar los cambios que supone una nueva Ley, mediante la reducción de la carga lectiva y la bajada de ratios que permita una atención más personalizada del alumnado. Y la incorporación de personal de gestión que descargue al profesorado de una burocracia que les asfixia.

Por otro lado, en el ámbito de las enseñanzas artísticas vemos la necesidad de dar solución a cuestiones no resueltas mediante la aprobación de una Ley específica de Enseñanzas Artísticas Superiores que aborde: la falta de autonomía de los centros; la necesidad de una financiación adecuada de acuerdo a estándares de educación superior; el establecimiento de becas y ayudas al alumnado y a su movilidad equiparables a las de la Universidad, entre otros... Respecto a sus profesionales la revisión de los cuerpos docentes y la creación de nuevos cuerpos para las EEAASS, la regulación e impulso de la investigación y la transferencia de conocimiento, la organización de la formación del profesorado, la falta de licencias y permisos que permitan al profesorado compatibilizar su labor docente con la investigación, la creación e interpretación, propias de unas Enseñanzas del Espacio de Educación Superior Europeo.

Además de los aspectos señalados referidos a la falta de recursos tanto humanos como materiales, desde UGT creemos que debe intensificarse la formación del profesorado tanto en competencias digitales, como en la implantación de la LOMLOE. Cabe señalar que en los duros años de recortes a los que ha visto sometido nuestro sistema educativo, la red de formación y los recursos destinados a ella, prácticamente desaparecieron.

Con respecto a la digitalización, aunque las tecnologías educativas llegan con la promesa de sistemas de aprendizaje personalizados que tienen el potencial de adaptar la educación al siglo XXI, también plantean varios retos, incluido el riesgo de aumentar la brecha del acceso a la educación. Nos preocupa la gravedad de la brecha digital en el sistema educativo español que se puso de manifiesto durante la pandemia, ya que un número importante de alumnado no pudo seguir las clases a distancia por carecer de un ordenador o conexión a Internet.

Para evitar el riesgo de la brecha digital exigimos a las Administraciones educativas un mayor esfuerzo mediante recursos que permitan garantizar la igualdad de oportunidades para el alumnado más desfavorecido.

La falta de recursos puede diluir una nueva figura como el coordinador de bienestar. Diversos estudios realizados por UGT señalan la necesidad de crear nuevas figuras y perfiles, más allá de la docencia, para poder responder a los desafíos a los que tienen que responder y hacer frente los centros educativos en la actualidad. Las labores que encomienda la Ley 8/2021 al coordinador de bienestar y protección exceden la mera labor docente y requieren, si se quiere que sean asumidas con rigor y garantías, una disponibilidad horaria mayor que las ocho horas semanales que, en el mejor de los casos, se les ha asignado por alguna comunidad autónoma. Una vez más se carga a los docentes con funciones para las que no han sido preparados, ya que hablamos de situaciones muy complicadas, de conflicto, de abuso, de salud mental, temas muy delicados que requieren de una formación específica de quien lo va a abordar. Por otro lado, exponer al profesorado a una responsabilidad tan grande, sin proporcionarle dicha formación es un riesgo para ellos y para el centro por la desprotección que puede generar una mala praxis en un tema tan sensible.

El gasto público en Educación al que se compromete el Gobierno hasta 2025 fija el incremento mínimo en el 5% del PIB. UGT considera esta cifra insuficiente ya que el gasto se debería comprometer hasta el final de la legislatura en 2023 y aumentar paulatinamente hasta el 7%, o al menos, no situarse por debajo de la media de la UE.

Queda en una declaración de intenciones el desarrollo de aspectos clave para el profesorado a la hora de dignificar y motivar la labor docente. Son temas que llevan mucho tiempo sin resolver: estatuto docente, ingreso a la función pública, formación inicial y permanente, reversión de los efectos de la política de recortes de la etapa anterior, aspectos que generan incertidumbre y preocupación en los centros y en el colectivo docente. Todo ello, en el contexto de una negociación del Estatuto de la Función Docente que regule el conjunto de derechos y deberes del personal de la enseñanza pública no universitaria y que defina sus perfiles profesionales. Una norma básica que ha de ser el marco de referencia de la profesión docente que aborde cuestiones como: ingreso y accesos a la Función Pública Docente, configuración de los cuerpos de funcionarios, la estructura del sistema retributivo, los derechos sindicales, los sistemas de protección y carrera profesional, la dirección de los centros, los traslados y la movilidad, la jornada y las vacaciones, la jubilación, etc.… que han de estar basadas tanto en la homologación interterritorial como en el respeto a las competencias y el acuerdo entre las Administraciones.

¿Qué le pides a 2023?

Llegados a este punto y después de responder las cuestiones anteriores, es difícil no caer en la reiteración, pero señalaríamos lo siguiente: Los distintos gobiernos (cada cual según su nivel de competencias) debe analizar lo que está ocurriendo en los centros educativos y el más que justificado malestar de los docentes en este primer curso de implantación de la LOMLOE. Y por tanto, poner los recursos suficientes para poder alcanzar los objetivos marcados. Hemos citado ya la necesidad de formación, las ratios excesivas, una jornada lectiva y un exceso de burocracia que impide acometer otras tareas fundamentales como son el trabajo colaborativo, la innovación, la atención más personalizada a alumnado y familias...

Y en lo que respecta a la negociación colectiva, un calendario normalizado que permita avanzar en la mejora de las condiciones de trabajo de los y las docentes, que dignifique nuestra profesión y que la haga atractiva para nuestros jóvenes. En definitiva, que el Gobierno y las Comunidades Autónomas vayan cumpliendo los compromisos que contienen las distintas leyes puestas en marcha.

Marta Escribano, madre de una niña de Albacete, profesora de educación secundaria y de la UCLM

¿Qué debe cambiar en el panorama educativo?

Asegurar y consolidar una educación laica, pública y de calidad es uno de los pilares básicos de nuestra sociedad, es el motor que impulsa el equilibrio y la evolución social. En el panorama educativo actual, hay todavía una base demasiado sólida del aprendizaje y la escuela tradicional desde infantil hasta Secundaria.

Venimos de un modelo de enseñanza en el que históricamente el alumnado era objeto, una vasija receptiva del saber ajeno, en el que la inmovilidad y la repetición eran la base para determinar sus notas. Y aunque muchas cosas han cambiado, afortunadamente, todavía a nuestros hijos e hijas se les pide que estén sentados en el mismo pupitre durante demasiado tiempo. Y, todavía demasiadas veces, la obtención de resultados depende de la capacidad de repetir y repetir fragmentos de los libros de texto.

Hoy día, está más que constatado que el ser humano aprende moviéndose, que el aprendizaje es significativo si se usan varias inteligencias en el proceso. Y por eso precisamente, es inaudito que hoy en día a niños de infantil y primaria se les exija estar sentados haciendo las mismas fichas, al mismo ritmo, día tras día.

Soy madre de una niña de casi 7 años, que ha sido educada en casa siguiendo la metodología Montessori, en la que la autonomía y el respeto eran la base del desarrollo. Mi hija, desde muy pequeña, se vestía sola, se aseaba sola, si quería agua, se la echaba ella, si necesitaba ir al baño iba sin más, y si tenía hambre se preparaba algo para comer. Hasta aquí todo relativamente normal y lógico. Pues bien, sin ir más lejos, el curso pasado, en tercero de infantil, esta autonomía fue un escollo en el desarrollo normal del curso de mi hija. Su profesora, que era muy joven y un encanto, no llevaba nada bien que la niña no le pidiese permiso siempre en clase para beber agua, ir al baño o moverse. Todos los niños tenían que hacer las mismas cosas a la vez, y si estaban sentados y en silencio, mejor que mejor.

Es una paradoja del sistema que se trabaje por la autonomía del alumnado y que cuándo esta se produce de forma temprana, sea una traba. Y este, es tan solo un ejemplo de las cuestiones que deberían de cambiar. No podemos educar en el siglo XXI, siguiendo las costumbres de la educación tradicional del siglo XIX, pero maquillando el sistema con novedosas terminologías, a ritmo de pantalla táctil y tabletas, pero sin dejar espacio al trabajo más libre y menos guiado, cuya base sea el juego y el movimiento, que son al fin y al cabo, las bases naturales de nuestro aprendizaje.

¿Qué retos hay pendientes de cara a 2023?

El reto pendiente de cara, no solo al 2023, es que los adultos que trabajan con nuestros hijos e hijas tengan una buena gestión emocional, unas bases sólidas de educación respetuosa, de disciplina positiva. Que se eduque a nuestros hijos e hijas desde el amor y la comprensión, y no desde el juicio y las etiquetas. Además de madre, soy profesora en secundaria y en la Universidad de Castilla-La Mancha, precisamente en la facultad de Educación, tengo la fortuna de trabajar con futuros maestros. Y es, precisamente en este punto, en el que más incido. Los maestros somos ejemplos que seguir, somos referentes de vida, mucho más importantes de lo que jamás podremos imaginar, somos modelos que se imitan día a día. Y si somos bondadosos, generosos y educamos desde el respeto y el cariño, estamos plantando semillas muy fuertes que germinarán respetando y cuidando a sí mismas y a los demás.

Erradicar el acoso escolar es uno de los grandes temas pendientes no solo en la escuela, sino a nivel global como sociedad, y especialmente en las familias. Y aquí somos los adultos, con nuestros juicios, malas gestiones emocionales y dudoso ejemplo, quienes enseñamos a los niños y niñas a ser crueles, a juzgar, a etiquetar y a discriminar. Y esta lacra, que disfrazamos de normalidad y de inocuidad en nuestro día a día, es el origen de la frustración, del sufrimiento y en demasiadas ocasiones del fracaso escolar.

Es curioso como los resultados del alumnado mejoran considerablemente, cuando a nuestros hijos e hijas se les refuerza con mensajes positivos, mensajes de cariño y de confianza. Un «tú sí que puedes», un «yo confío en ti, en tu fortaleza, en tu capacidad, en tu esfuerzo», un «eres una gran persona», les puede cambiar la vida porque nuestro sistema busca autonomía y éxito pero incentiva y trabaja a duras penas la autoestima, y esto, es una lástima, porque nuestra sociedad necesita personas seguras de sí mismas y felices con quienes son, lo que sienten y lo que hacen sentir a los demás.

¿Qué le pides a 2023?

Así que, como madre, al 2023 le pido mucha empatía y amor, menos notas y más valores y buenos ejemplos que hagan crecer la autoestima y autonomía de nuestros hijos e hijas y que, a la par, puedan ser las bases de una sociedad más comprensiva y menos juiciosa.

Marta Lesmes, directora del Área de Educación y Humanidades en la Universidad Europea de Madrid

¿Qué debe cambiar en el panorama educativo?

Lo primero y más importante que pido al 2023 es que el «debate educativo» que precede a la legislación educativa esté basado en evidencia académico-científica y no un debate ideológico-político. Pido que se revisen los programas educativos en función del análisis y valoración profunda de los mismos y no en cambios de gobierno.

Me gustaría que todas las personas que eligen la profesión de docente lo hicieran desde la vocación y el compromiso con una profesión tan importante para todos. Pediría a toda la sociedad un respeto a la figura de cualquier educador que además se viera reflejada en una compensación económica acorde a la exigencia y complejidad de la labor docente.

Pediría a los docentes en activo que nos sigamos formando siempre porque es vital para nuestro desempeño y crecimiento y no llegar justos (y a veces sobrados) a los puntos y méritos baremables que se nos exigen.

Creo que los docentes pueden y deben tener más autonomía y participación en la toma de decisiones educativas de la que tienen, no todo debe ser tan pautado ni establecido por «real decreto». Cada centro y más cada estudiante, es un mundo y está en el docente adaptar su práctica a las necesidades de su comunidad y alumnado. Para ello hay que formar a los mejores docentes y ser exigentes, tanto en el acceso a programas de formación de maestros y docentes de secundaria como en los requisitos para ejercer y para mantenerse en activo, con criterios basados en el desempeño.

¿Qué retos hay pendientes de cara a 2023?

Me gustaría que los académicos en las universidades fuéramos «más cercanos» a la realidad de los centros educativos y que las publicaciones académicas se hicieran en colaboración con los maestros y profesores y cuando la edad lo permita contando con los estudiantes, siempre.

Me gustaría que la experiencia profesional en la escuela y las publicaciones no científicas fueran reconocidas para académicos del ámbito de la educación con tanto valor como la investigación tradicional. Las agencias reguladoras facilitan que se perpetúe la brecha entre universidad-escuela no tan asentada en otras disciplinas científico-técnicas. Es necesario que exista una relación real y consolidada entre las universidades y escuelas para que los resultados de la investigación educativa puedan ser aplicados y no se queden en revistas con índice de impacto.

¿Qué le pides a 2023?

Finalmente, con todas estas tareas pendientes en la mochila, lo mejor sería tener el optimismo justo y la ilusión necesaria para continuar trabajando en la dirección adecuada con la esperanza y confianza de que en el próximo año tenemos una nueva oportunidad para seguir mejorando. Gran parte del debate actual se ha centrado en la tecnología e innovación docente, que, por supuesto son esenciales, pero más lo son las personas, pongamos el foco en docentes y estudiantes en este 2023 y hagamos de las escuelas y universidades entornos que sean por igual accesibles e inspiradores.

Pablo Hidalgo, alumno del Colegio Internacional SEK El Castillo

¿Qué debe cambiar en el panorama educativo?

El panorama educativo, en constante e inevitable cambio, debe modificarse acorde con las necesidades de la época en la que vivimos. Adentrándonos ya en 2023, en pleno siglo XXI, este cambio viene de la mano de la integración holística de las tecnologías emergentes más sofisticadas con los métodos convencionales. Sin embargo, este auge tecnológico no debe actuar como estímulo para la decadencia en lo referente a la comunicación y trato profesor-alumno, pues la puesta en común de ideas y el aprendizaje psíquico y emocional son dos de los pilares fundamentales bajo los cuales se sustenta la educación moderna.

¿Qué retos hay pendientes de cara a 2023?

En lo concerniente a lo educativo, de cara a 2023 los retos pendientes giran en torno a la satisfacción e interés estudiantil. Aunque contamos cada vez con un número mayor de herramientas a nuestra disposición, captivar la atención de los estudiantes, haciendo el aprendizaje lo más ameno posible, sigue siendo una de nuestras mayores prioridades. La pregunta sigue latente acerca de si esto se puede conseguir mediante clases tradicionales, o si un aprendizaje individualizado se requiere para satisfacer este propósito.

¿Qué le pides a 2023?

Abordando la pregunta desde lo académico, le pido continuar en la misma línea como lo he hecho hasta ahora. No llegaría a calificar este deseo como monótono, pues es en la incertidumbre y la adversidad donde realmente reside la capacidad de mejora. Hablando desde una perspectiva personal, le pido tan solo paz y tranquilidad. Creo que, habiendo estado expuestos a pandemias globales y conflictos bélicos de semejante índole, todos necesitamos comenzar una nueva etapa para cicatrizar las heridas del pasado.

Patricia Santos, profesora, ponente y coordinadora de proyectos de innovación, mejor docente de España FP Premios Educa 2017 y 2021

¿Qué debe cambiar en el panorama educativo?

Debe crearse un pacto educativo que no esté basado en ideologías políticas, esté basado en doctrina psicopedagógica y en fundamentación científica. Que los puestos técnicos sean ocupados por profesionales de la educación con un currículum adecuado al puesto a desarrollar reduciendo los puestos políticos. y entiendo que habrá aspectos que quedarán fuera de este pacto, pero sería un avance trascendental hacia una educación de calidad, aunque quedarán fuera.

¿Qué retos hay pendientes de cara a 2023?

Conseguir que la legislación educativa sea clara y precisa, que permita ofrecer seguridad jurídica e igualdad de oportunidades independientemente de la comunidad autónoma en la que estudies. Legislación que armonice el sistema de evaluación, por ejemplo, en Formación Profesional determine de una vez por todas cuestiones claves como si es posible ponderar resultados de aprendizajes o si se pueden ponderar los instrumentos, esto, que puede ser muy técnico, nos lleva a debates estériles y a situaciones diversas según el centro educativo, servicio de inspección que asesore o docente que imparta un módulo provocando inseguridad jurídica ante el alumnado y el propio profesorado.

¿Qué le pides a 2023?

Mi carta educativa a los reyes magos contendría las siguientes peticiones:

  • Nuevos módulos transversales para nuestra FP, relacionados con la mejora de la empleabilidad.
  • Un RD de ordenación académica que se atreva a establecer parámetros claros en respecto a la evaluación que permitan escenarios de seguridad jurídica.
  • Un sistema de FP dual flexible que permita escenarios adaptados a las realidades de diferentes familias profesionales, centros educativos y contextos socioeconómicos.
  • La creación de la figura institucional de coordinador de proyectos de internalización en los centros con atribución horaria para el desempeño de las funciones.
  • Mejora del cumplimiento de la normativa de protección de datos en los centros educativos.
  • Un nuevo modelo de acceso a la función pública coherente con las competencias que debe tener el profesorado.
  • Un sistema que reconozca el mérito y la capacidad para el progreso en la carrera profesional.
  • Que se eliminen las calificaciones y se avance hacia una evaluación formativa basada en evaluaciones cualitativas no cuantitativas.
  • Que no se escuche más «tu no vales para estudiar, mejor ve a la FP» porque todas personas tienen talento, todas las personas valen para estudiar y porque la FP es un itinerario de primera.
  • Que tu género no condicione tu futuro profesional, ni en la elección de carrera, ni en las posibilidades para alcanzar el éxito y en lo relativo a la retribución o reconocimiento.

Creo que me podría seguir, pero entiendo que los «reyes magos» deben atender más peticiones...

Sandra Vico, vicepresidencia del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM)

¿Qué debe cambiar en el panorama educativo?

El panorama educativo actual es bastante ambiguo. Por un lado, es un sistema de una gran trayectoria con profesionales muy implicados y redes familiares que son parte activa de la comunidad educativa. Por otro lado, es un sistema que necesita una mayor inversión a nivel de recursos económicos y físicos para poder dar una respuesta acorde a la diversidad y a las altas necesidades existentes. Esto implica un cambio de concepción interesante, de forma que a la vez que evolucionan (y debe seguir evolucionando) las metodologías educativas, los recursos y materiales, se introducen nuevos proyectos, se deben incorporar más profesionales educativos altamente formados e introducir otros perfiles profesionales complementarios que favorezcan el desarrollo del alumnado a todos los niveles.

¿Qué retos hay pendientes de cara a 2023?

Los retos pendientes relacionados con la educación y la Logopedia de forma simultánea son múltiples y muy diversos. Las necesidades detectadas en la actualidad en el ámbito educativo son múltiples a nivel emocional, social, curricular y logopédico. Actualmente el alumnado de los centros educativos es muy diverso, por lo que sus necesidades y características difieren mucho entre sí. Precisamente por eso la respuesta educativa tiene que ser más global, inclusiva, directa y colaborativa. Es importante tener en cuenta que una intervención logopédica temprana influirá notablemente en la mejora de la calidad de vida de la población infanto-juvenil, mejorando holísticamente todas las áreas de su desarrollo (socioemocional, cognitivo, sensorial y psicomotor). Los colegios son espacios de desarrollo, crecimiento y socialización, siendo por tanto necesario incluir a los profesionales logopedas como miembros en activo de la comunidad educativa pública y privada. El trabajo multidisciplinar entre el resto de los profesionales educativos y los logopedas concederá al sistema educativo de una mayor calidad, inclusión, equidad y profesionalización.

¿Qué le pides a 2023?

Desde el CPLCM deseamos que se consigan los recursos necesarios para una educación inclusiva de calidad, centrada en las capacidades individuales donde las logopedas podamos participar desde los centros educativos, para dar respuesta a las necesidades y facilitar el desarrollo del lenguaje y la comunicación.

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