Ya hace unos años que entre docentes y familias se va asentando la idea de que la programación es, o tiene que ser, cosa de niños. De todos los niños, también los más pequeños. Y es que para cuanto antes se empiecen a sentar las bases del pensamiento computacional, mejor. Los expertos solo ven ventajas y de hecho creen que éste es un tren al que la educación española se tiene que subir ya, con lo que celebran que la LOMLOE introduzca el pensamiento computacional en todas las etapas educativas, empezando por Infantil.
'Programamos' es una asociación sin ánimo de lucro que surgió en 2013 precisamente para fomentar la enseñanza de la programación entre los estudiantes. Nació con el objetivo principal «de tratar de modificar la forma en la que los estudiantes se relacionan con la tecnología, pasando de ser consumidores a creadores tecnológicos a través de la programación de videojuegos y el desarrollo de aplicaciones para dispositivos móviles».
Uno de sus fundadores, Jesús Moreno León, nos ayuda a empezar aclarando el concepto básico: ¿Qué es el pensamiento computacional? «La habilidad para resolver problemas y comunicar ideas aprovechando la potencia que ofrecen los ordenadores y otros dispositivos con capacidad de cómputo», explica este profesor de Informática, quien añade: «Se trata de "combinar lo mejor de las personas —nuestras ideas, creatividad y humanidad— con lo mejor de los ordenadores, que son capaces de realizar millones de operaciones a toda velocidad, sin cometer errores"».
La LOMLOE otorga al pensamiento computacional un protagonismo inédito que según Moreno, nos colocará al nivel «de los referentes mundiales en este campo». La apuesta de la nueva ley empieza desde el inicio de la etapa escolar, ya que el currículo de de Educación Infantil recoge, en el área de Descubrimiento y exploración del entorno, que debe trabajarse con los alumnos «para desarrollar, de manera progresiva, los procedimientos del método científico y las destrezas del pensamiento computacional, a través de procesos de observación y manipulación de objetos, para iniciarse en la interpretación del entorno y responder de forma creativa a las situaciones y retos que se plantean». Así, los niños del segundo ciclo de Infantil (de entre 3 y 6 años) aprenderán «a programar secuencias de acciones o instrucciones para la resolución de tareas analógicas y digitales, desarrollando habilidades básicas de pensamiento computacional».
¿Cómo introducir las bases de esta habilidad en niños tan pequeños? ¿Es adecuado iniciar a los críos en este campo con edades tan tempranas? Jesús Moreno está convencido de que es un acierto: «El alumnado de entre 3 y 6 años tiene un desarrollo cognitivo que le permite comenzar a desarrollar este tipo de habilidades sin ningún problema, tal como han demostrado múltiples investigaciones en los últimos años». Recuerda que existen recursos adaptados para estudiantes de estas edades.
Desde la asociación Programamos defienden que esto no significa sí o sí plantarles delante de una pantalla y un teclado. «Pensamos que la mejor forma de comenzar este trabajo es a través de actividades desenchufadas o desconectadas, que no requieren siquiera contar con dispositivos electrónicos, ya que que hacen uso de juegos de lógica, vasos, cuerdas, cartas, pelotas, cartulinas o movimientos corporales, que se utilizan para representar y comprender diferentes dimensiones del pensamiento computacional de una forma cercana y manipulable que resulta muy atractiva para el alumnado», narra el profesor, que alude también al uso de recursos entornos de programación con editores visuales basados en flechas o colores, por ejemplo o sencillos robots programables que suelen incorporar un conjunto de botones en el propio dispositivo para que puedan recibir instrucciones y desplazarse por un tablero o por el suelo.
En esa línea va la actividad de Robotix, que fomenta la programación entre los estudiantes con actividades con robots de Lego. La oferta de Robotix comienza ya con los alumnos de tres años, con los que se trabaja, a partir del juego, «para sentar los conceptos básicos del pensamiento computacional o el pensamiento lógico». Se les da a los alumnos «recursos» para entender esta manera de pensar. «Les planteamos ‘¿cómo hacer para que el robot vaya a la izquierda?', queremos que vean la lógica tras la programación y entiendan cómo conseguir superar un reto», describe Jaume Català, gerente de la filial de Robotix en Balears.
«No cogemos una tablet y les enseñamos a hacer código igual que con dos años no pretenemos que los niños se pongan a leer un libro», razona, «ya llegarán a eso». El programa Robotix Infantil trata sobre aprender y jugar en el aula en diferentes espacios o rincones con recursos y actividades diseñados por Lego Education. Los pequeños realizan simultáneamente diferentes actividades de tipo cognitivo, manipulativo y simbólico: explican historias, aprenden matemáticas, distinguen formas y medidas... todo a través del juego y con materiales específicos de Lego Education.
El objetivo según el gerente de Robotix Baleares no es que todos los alumnos se dediquen a escribir código. Para él enseñar el pensamiento computacional es importante ya que «fija una determinada estructura, es una manera de razonar, de ordenar ideas, es enfocar los problemas y de buscar soluciones» y eso les puede servir para programar y escribir código, pero lo que es seguro es que les servirá para afrontar otras asignaturas (el caso de Matemáticas es el más obvio, pero no el único) y para desenvolverse por el mundo en general.
«Cada vez tenemos más demanda, la robótica educativa ya no es solo una extraescolar, tiene muchas más aplicaciones», asegura Jaume Català: «Muchos centros la han ido introduciendo en diferentes asignaturas; en Secundaria se concreta muchas veces en Tecnología, pero también los hay que al margen de las asignaturas la introducen como un proyecto más». El responsable de Robotix Balears cree que es importante entender que la robótica educativa es «un recurso más».
Aprendizaje interdisciplinar
En Programamos también consideran que en Educación Infantil es interesante usar el pensamiento computacional como recurso para el aprendizaje interdisciplinar, apoyándose en una pedagogía basada en el juego (en línea con lo que el profesorado ya hace de manera habitual). Esta asociación es optimista y cree que el profesorado «no tendrá ningún problema para trabajar el pensamiento computacional en sus clases», ya que, señala Jesús Moreno, «en España tenemos la suerte de contar con una plantilla de Infantil muy bien preparada y predispuesta a probar cosas nuevas». Además, añade, las administraciones educativas llevan más de un lustro ofreciendo formación específica, algo que va a continuar en los próximos años con los fondos europeos, que precisamente están enfocados al fomento de la formación del profesorado en relación a su competencia digital. Eso sí, Moreno (que ha publicado varias investigaciones sobre la enseñanza de la programación y ha dirigido proyectos del ministerio de Educación) cree que para ofrecer formación de calidad y que este cambio tenga éxito «el profesorado debe sentirse acompañado» y hay que contar con «recursos educativos abiertos, listos para usar en el aula pero que puedan ser personalizados» y también «con comunidades de aprendizaje en línea», algo en lo que administraciones educativas y entidades como Programamos llevan tiempo trabajando.
Desde su arranque en 2013, la asociación ha colaborado con más de 25.000 docentes de toda España que han desarrollado su pensamiento computacional
Desde su arranque en 2013, la asociación ha colaborado con más de 25.000 docentes de toda España que han desarrollado su pensamiento computacional y han conocido estrategias para incorporar esta habilidad a su práctica docente en diferentes niveles educativos. Cada año son más los profesores que ponen un pie en el mundo de la programación, que también atrae a las familias: «Desde el año 2014, en el que comenzamos a colaborar con la Comisión Europa como embajadores de la Semana Europea de la Programación, hemos tenido contacto con muchísimas familias muy concienciadas con la importancia del pensamiento computacional, que buscaban oportunidades de formación que en aquel momento no solían encontrar en sus centros educativos», cuentan desde Programamos. El éxito es tal que en todas las jornadas que han organizado desde entonces las entradas (siempre gratuitas) se agotan «literalmente» en pocos minutos.
Así, se comprueba que incluir el pensamiento computacional en el currículo de Infantil no es algo que se le acaba de ocurrir a alguien en un despacho y que haya que empezar a prepararlo todo de cero. «La realidad es que administraciones educativas, docentes, familias y entidades de la sociedad civil llevamos trabajando y colaborando desde hace casi una década para que esto hoy sea una realidad y pueda implementarse con éxito», subraya el cofundador de Programamos.
Los teóricos de la educación y la tecnología también celebran que España dé el paso de incluir la programación y el pensamiento computacional en las aulas. Germán Montoro, delegado de la Rectora para Tecnologías de la Educación de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), recuerda que programar «ayuda a los niños a desarrollar su creatividad y buscar fórmulas para resolver problemas de forma lúdica». Además, defiende, con este planteamiento los niños y jóvenes están en contacto con las nuevas tecnologías de forma temprana «pero de forma supervisada y productiva». Resalta que sus beneficios son muy amplios ya que esa una habilidad que ayuda «a fomentar la lógica y las competencias matemáticas y lingüísticas». En definitiva, el investigador y profesor de la UAM concluye que «programar es aprender un nuevo idioma que permite comunicarte con los ordenadores para transmitir tus ideas y conseguir unos objetivos», un nuevo idioma que parece que va a resultar imprescindible para moverse por el mundo en un futuro nada lejano.
Montoro opina que ya con 3 o 4 años los niños pueden empezar a familiarizarse con los ordenadores, utilizando con ello («siempre bajo la supervisión de un adulto y con un tiempo de uso limitado») programas adaptados a sus capacidades y nivel de desarrollo. A partir de los 5 o 6 años los niños el experto considera que ya pueden estar preparados para iniciarse en la programación mediante plataformas adaptadas como code.org o Scratch Jr.
Montoro opina que ya con 3 o 4 años los niños pueden empezar a familiarizarse con los ordenadores, utilizando con ello («siempre bajo la supervisión de un adulto y con un tiempo de uso limitado») programas adaptados a sus capacidades y nivel de desarrollo
En su opinión, la enseñanza de programación «cubre amplios aspectos del proceso de aprendizaje de los niños», por lo que su implantación en las escuelas «resulta muy beneficiosa a diferentes niveles». Recuerda que son muchos los sistemas educativos del mundo (como Estonia o la siempre idolatrada Finlandia) que ya cuentan con asignaturas de programación.
Para Jesús Moreno León ya no hay atisbo de duda sobre la urgencia de introducir el pensamiento computacional en los programas educativos: «En el panorama educativo internacional existe un gran consenso sobre lo fundamental que resulta fomentar esta habilidad desde edades tempranas para garantizar que nuestro alumnado pueda desarrollar una vida plena en el mundo tan digitalizado en el que ya vivimos», apunta, para a continuación recordar que tanto la Comisión Europea como la UNESCO consideran que el pensamiento computacional «es una de las habilidades clave para la vida en el siglo XXI».
En Programamos les gusta mucho la tesis de Mitchel Resnick, director del Media Lab del MIT, quien sostiene que el pensamiento computacional es además un nuevo medio de expresión que no solo ofrece herramientas a los jóvenes para hacer escuchar su voz y compartir ideas con el mundo, sino que también «les ayuda a ser conscientes de que tienen cosas que contar y a desarrollar su identidad».
Puesta la primera pica (la introducción en el currículo educativo) solo queda ver cómo se lleva a cabo su desarrollo y aplicación, para después, dentro de unos cuantos cursos, realizar la pertinente evaluación. Pero por algo se empieza y los expertos aplauden que por fin la enseñanza reglada le haga un hueco a la programación de forma oficial y generalizada.