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Alberto Alba: «La sexualidad, a pesar de la aparente hipersexualización, sigue considerándose tabú»

  • 4-3-2022 | Noelia García Palomares
  • Desde la FELGTB+ nos cuentan en esta entrevista cómo el acoso escolar por motivo de orientación u/o identidad es uno de los grandes retos en España, así como el silencio social que lo envuelve
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Alberto Alba Alonso lleva años dedicado a la docencia. Él es sexólogo, profesor y activista. Hace más de 10 años que empezó a impartir sobre sexualidad y diversidad sexual. En la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) es coordinador del grupo educación desde el que se realizan charlas y formaciones a través de las entidades miembro de la federación en centros educativos de manera extracurricular hablando sobre diversidad en las aulas.

Según uno de los últimos estudios de esta organización, más de la mitad (55%) de los delitos de odio que se comenten contra el colectivo LGTBI no se denuncian. En esta línea, también se desprende que de los 756 delitos de odio que llegaron a conocimiento de la federación o sus entidades en 2019, solo un 15% se denunció a la policía y solo un 3% se puso en conocimiento de la fiscalía. En las etapas iniciales de la adolescencia es fundamental que la comunidad educativa y las familias se preste más atención al acoso, que no es solo en la esfera presencial de las aulas, sino que continua en las redes sociales. Los expertos en psicología coinciden en que el acoso durante la infancia hace mella en la personalidad que se está formando e influye, a la larga, en el desarrollo de las emociones, conductas y pensamientos del futuro adolescente y adulto.

En la generación Netflix, ¿es todo tolerancia o hay más postureo del que parece?

Es innegable que se ha avanzado bastante en el reconocimiento de derechos, pero también lo es que existe un movimiento conservador reaccionario potente que intenta impedir ese avance por temor a perder ciertos «privilegios». La visibilidad de la diversidad sexual está más presente, pero también se recalcan estereotipos binarios y sexistas, se siguen manteniendo ciertos mitos del amor romántico y el acoso diversofóbico, sobre todo por ser o parecer LGBATIQ+ (lesbiana, gai, bisexual, asexual, trans, intersexual, queer o cualquier otra realidad considerada disidente del sistema sexogenérico impuesto). En definitiva, se mezclan avance y postureo, porque el respeto a la diversidad no está del todo afianzado en el subconsciente colectivo.

Los ataques homófobos en colegios, ¿se han reducido o siguen presentes?

Por desgracia, siguen presentes, nunca se han ido. Ser o parecer homosexual (lesbiana o gai), bisexual, trans, siguen siendo uno de los mayores motivos de ataque, a los que se suman que un chico «haga cosas de chicas», una chica se relacione con «muchos chicos» o el tener un origen aparente no occidentalizado. Sexismo, machismo, xenofobia, etc., siguen existiendo.

Lo que hay ahora es mayor visibilidad de dichos ataques, aunque muchos se siguen ocultando por el miedo, la vergüenza o la culpa que se nos transmite, muchas veces de forma inconsciente y otras no tanto, por la escasa y limitada educación sexual que recibimos desde que nacemos. El hecho de que sea más visible nos hace plantearnos dos paradigmas. Por un lado, que se ha avanzado lo suficiente como para que se puedan visibilizar y denunciar estas agresiones y, por otro, que no dejan de ser una de las formas de reacción conservadora más visible frente a los avances en el reconocimiento de los Derechos Humanos y la promoción del respeto y la empatía.

«Lo que hay ahora es mayor visibilidad de dichos ataques, aunque muchos se siguen ocultando por el miedo, la vergüenza o la culpa que se nos transmite»

¿Qué tipo de programas tenéis en marcha para reducir este acoso?

Fundamentalmente la formación a través de una educación sexual integral e inclusiva a profesorado, alumnado, familias, Administraciones, otras organizaciones y a la sociedad en su conjunto. Las distintas entidades que conforman FELGTBI+, por ejemplo, acercan en la medida de sus recursos estos conocimientos, que son impartidos siempre por profesionales, como no puede ser de otra manera. De hecho, una de nuestras exigencias, junto con la aprobación de la ley estatal trans y LGBATIQ+, es precisamente que se instaure este tipo de formación, tal y como aparece recogido en la LOMLOE, que no puede quedar en un tratamiento transversal hipotético y sin definición concreta. Además de las formaciones, también solemos lanzar campañas de sensibilización durante todo el año, siendo las más potentes las relacionadas con el orgullo, en junio-julio, o la vuelta al cole, en septiembre.

Antes, el acoso se producía de lunes a viernes y en horario escolar. Ahora está «activo» las 24 horas del día, los 365 días del año y, además, cuenta con una audiencia mucho mayor. ¿Crees que esto dificulta todos los esfuerzos para erradicarlo?

El acoso escolar, por desgracia, como ya he comentado, nunca ha dejado de existir. Como sociedad, nunca lo hemos erradicado. Lo que ha cambiado ha sido la situación, el contexto. El acoso ha podido ampliarse 24/7, pero también su visibilización y la posibilidad de lanzar mensajes opuestos para detectarlo, frenarlo y apoyar a las víctimas. Poco a poco van surgiendo herramientas y vamos tomando conciencia social, pero todavía falta mucha inversión educativa para erradicarlo. Necesitamos escucharnos más y polarizarnos menos.

«El acoso ha podido ampliarse 24/7, pero también su visibilización y la posibilidad de lanzar mensajes opuestos para detectarlo, frenarlo y apoyar a las víctimas»

¿Deberíamos enseñar a actuar a los alumnos cuando ven que acosan a otros?

Por supuesto. Eso no habría ni que dudarlo. Hay que tener en cuenta que la mayoría de las personas no son ni acosadoras ni víctimas, sino que son espectadoras y su papel es fundamental para frenarlo. Quienes acosan deben aprender que no es una estrategia saludable para resolver los problemas que tengan, quienes reciben el acoso deben aprender a empoderarse sin venganza y quienes observan el acoso deben aprender a avisar y apoyar de la mejor manera posible a quien lo recibe.

¿Hacia dónde deberían enfocarse las medidas destinadas a acabar con el acoso escolar?

Debería partir desde las propias Administraciones y enfocarse tanto en el alumnado, como en el profesorado y en las familias para que las medidas preventivas y resolutivas sean lo más efectivas posibles, procurando evitar las faltas de coordinación y los malos entendidos, además de predicar con el ejemplo. Hay protocolos autonómicos que son una buena guía para seguir, pero suelen faltar tiempo y formación adecuada.

¿Crees que hay suficiente visibilidad de la condición sexual en las aulas? ¿Es labor de la comunidad educativa o de las familias?

La sexualidad, a pesar de la aparente hipersexualización y visibilización, sigue considerándose algo íntimo y tabú, lo que nos lleva a seguir manteniendo mitos y prejuicios que dificultan el autoconocimiento y modelos relacionales saludables y equitativos. Salirse de los patrones cisheterosexistas y binarios marcados suele seguir acompañándose de ostracismo. A pesar de eso, es cada vez mayor el alumnado que muestra su corporalidad, identidad, expresión y orientación con orgullo y reivindicando su espacio. Lo ideal sería que llegara el momento en que no hiciera falta, pero hasta ese momento, la visibilidad sigue siendo muy necesaria, también entre el profesorado y dentro de las propias familias.

En cuanto a la labor, debe ser compartida. ¿Quiénes están educando sexualmente a las personas desde que nacen? Lo hacemos la sociedad en su conjunto (familias, centros educativos, medios de comunicación y entretenimiento,), por tanto, todas somos responsables de esa educación en algún grado y deberíamos formarnos en sexualidad y diversidad sexual de la manera más integral e inclusiva posible y promover ese conocimiento, que finalmente es salud y tiene que ver con el respeto propio y hacia los demás. El libre desarrollo de la personalidad y, por tanto, de la sexualidad, así como su reconocimiento social, es un derecho humano.

¿Crees que los profesores tienen libertad para decir abiertamente qué opción sexual tienen? ¿Por qué?

El profesorado cishetero, por supuesto, lo hace diariamente cada vez que comenta algo de su vida personal o sus experiencias propias. El profesorado no cishetero deberíamos tenerla también, pero no siempre la tenemos, bien por autocensura (vergüenza, miedo o culpa basados en estereotipos, mitos y prejuicios), bien por censura externa (basados en los mismos estereotipos, mitos y prejuicios; desconocimiento al fin y al cabo), aunque por suerte cada vez somos más quienes nos visibilizamos en las aulas y naturalizamos la diversidad existente, lo que suele proporcionar una mayor apertura, confianza y seguridad en la propia comunidad educativa y particularmente con el alumnado con el que trabajamos.

¿Hay relación entre ser docente y tener compromiso social?

Considero que sí. Y si no la hay, debería haberla. Las realidades del alumnado, por ejemplo, son múltiples y hay que tenerlas en cuenta, así como otras realidades no presentes dentro del aula. La educación cambia el mundo. Nos deberíamos preguntar hacia dónde lo queremos cambiar, si hacia una sociedad más equitativa, inclusiva, compasiva y respetuosa o hacia una sociedad jerárquica, excluyente, intolerante y cruel. Pensar que «esto no va conmigo» también cuenta. No tomar partido ya es tomar partido. Al final, como tantas veces se ha dicho, lo personal es político y lo político acaba siendo personal (entiéndase «lo político» como forma de organizarnos socialmente), por tanto, sí, el compromiso social es inherente a la educación.

¿De qué manera se puede perseguir la homofobia?

La mejor manera de perseguir y erradicar la homofobia, la bifobia y la transfobia, así como el machismo, el capacitismo, la xenofobia o cualquier otra forma de intento de exclusión social es la educación. Educación, educación y más educación. Pero esta medida será realmente efectiva a medio-largo plazo si hay un compromiso real. Mientras tanto, también habrá que tomar acciones legales y penales que condenen estos actos discriminatorios y aseguren de la mejor forma posible la vida de todas las personas. Sigue siendo necesaria y urgente la aprobación de una ley estatal que reconozca y proteja a la población LGBATIQ+ en general y a la población trans en particular, y dicha aprobación deberá ir seguida de las medidas necesarias que permitan ponerla en funcionamiento real y efectivo cuanto antes. Son vidas las que están en juego y es el cumplimiento de los Derechos Humanos de lo que hablamos.

«La mejor manera de perseguir y erradicar la homofobia, la bifobia y la transfobia, así como el machismo, el capacitismo, la xenofobia o cualquier otra forma de intento de exclusión social es la educación»

¿Crees que las autoridades educativas son conscientes del problema del acoso por la orientación sexual?

Cada vez más, aunque, como ya he comentado anteriormente, aún sigue existiendo bastante reparo al hablar de sexualidad y, por tanto, de cuerpos, identidades, expresiones y orientaciones que se consideran que se salen de la norma impuesta o de los moldes establecidos, así como se siguen manteniendo estereotipos relacionados. A veces se le resta importancia porque «son cosas de críos» o se malinterpretan ciertas defensas, pero creo que cada vez más se está poniendo el foco en evitar el acoso por LGBATIQ+fobia, aunque uno de los problemas fundamentales que sigue existiendo es la falta de formación y de conocimiento con cierta profundidad en el campo de la diversidad sexual.

Desde hace unos años algunas CCAA han publicado leyes de protección frente a la LGTBfobia. ¿Crees que están funcionando?

Si tenemos en cuenta que, en la mayoría de las comunidades autónomas en las que se aprobaron, estas leyes están paralizadas o casi paralizadas por sus respectivos gobiernos, la respuesta es no. Ahora, incluso en aquellas comunidades donde no se están apenas desarrollando, ya suponen un avance del que seguir tirando y que antes era inexistente. Sin embargo, en aquellas comunidades donde ha habido voluntad gubernamental para ponerlas en marcha y desarrollarlas, el alcance y el avance es notorio. Todavía queda mucho que hacer y mucha desigualdad entre regiones, por lo que es urgente y necesario que se apruebe, se desarrolle y se ponga en marcha de una vez la ley estatal de reconocimiento y protección de la población LGBATIQ+ en general y de la población trans en particular, para que sirva como impulso y desarrollo de medidas de inclusión efectivas en todos los territorios.

La educación sexual, un factor clave a la hora de hablar de diversidad e inclusión ¿Los centros educativos van en esta línea?

Hay mucho miedo infundado cuando se habla de educación sexual, sobre todo para edades tempranas, pero no se tiene en cuenta que ésta ya se está inculcando, imponiendo y adoctrinando desde que nacemos. De hecho, sin ser integral ni inclusiva, la educación sexual ya existe y es binaria, sexista y cisheterocentrista: las niñas de rosa, los niños de azul y de ahí para delante, con todos los estereotipos y prejuicios que se nos puedan ocurrir y que criaturas con cinco años o menos ya están reproduciendo como un mantra.

La educación sexual debe ser integral e inclusiva o no será una educación sexual que permita el autoconocimiento y el libre desarrollo de la personalidad. Muchos centros educativos están deseosos de ir en esta línea y por eso solicitan formación para el profesorado y talleres para el alumnado, pero sigue siendo necesario que la educación sexual integral e inclusiva se implante en los curriculo académicos de todas las etapas educativas, desde edades tempranas hasta la edad adulta.

«Hay mucho miedo infundado cuando se habla de educación sexual, sobre todo para edades tempranas, pero no se tiene en cuenta que ésta ya se está inculcando, imponiendo y adoctrinando desde que nacemos»

¿Qué papel juegan (o deberían jugar) las nuevas tecnologías y plataformas como YouTube en la educación del siglo XXI?

YouTube, Twitch, Instagram, TikTok... todas estas plataformas y el desarrollo de las tecnologías están siendo una herramienta más a utilizar en el terreno educativo. Sirven para distraer, pero también para aprender y completar conocimientos, así como generar nuevas formas de relacionarnos y, por tanto, nuevas oportunidades para aplicar y desarrollar la asertividad, el respeto, la empatía y la compasión. Ahora bien, las empresas que las crean y mantienen deberían tener un compromiso social profundo en este sentido, algo que poco a poco parece que han ido aprendiendo, pero del que aún queda mucho por hacer, porque nada soluciona una censura indiscriminada y sexista que sigue permitiendo ataques y amenazas a personas particulares y grupos poblacionales bajo una malentendida libertad de expresión sin responsabilidad ni capacidad de asumir las consecuencias que deriven de dichas acciones.

El cambio en el consumo audiovisual también ha permitido el acceso y desarrollo de vivencias personales, series, documentales y películas que muestran la diversidad de una forma más directa y global que hace unos años, y eso puede ser un apoyo positivo para promover la reflexión y la visibilidad dentro y fuera de las aulas.

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