El vertiginoso avance tecnológico ha revolucionado drásticamente la dinámica de la comunicación y el vínculo entre individuos. En esta era marcada por la digitalización y la automatización, la demanda de expertos en tecnología se dispara de manera constante. Según revela el último informe de la Federación Internacional de Robótica del año, España se posiciona como el segundo país europeo con mayor adopción de robótica industrial, ocupando además el undécimo lugar en el ranking industrial en términos de automatización en fábricas. Estas estadísticas sitúan al sector industrial español como un destacado referente en la implementación de tecnología robótica para optimizar procesos y aumentar la eficiencia en la producción.
En el contexto actual, la relevancia de la robótica y la inteligencia artificial (IA) en la industria y la sociedad es innegable. Sin embargo, es fundamental reconocer que el desarrollo de estas áreas va más allá de la implementación de robots en fábricas; implica también un profundo conocimiento de la IA y la necesidad de formar a profesionales capacitados en estos campos. En el ámbito educativo, se evidencia una carencia significativa de formación docente especializada para impartir conocimientos en robótica y automatización tanto en la FP como en el Bachillerato Tecnológico. Si bien se han realizado avances en la inclusión de estas materias en el currículo escolar, la falta de profesionales cualificados para enseñarlas representa un obstáculo importante.
Sara Carbajosa trabaja en colegio concertado en Madrid impartiendo la asignatura de Lengua y Literatura y asegura que «es frustrante ver cómo los estudiantes recurren cada vez más a herramientas como ChatGPT para completar sus trabajos escolares. Estas herramientas de inteligencia artificial no solo facilitan el plagio, sino que también dificultan enormemente la detección de este. Como profesora me encuentro constantemente luchando contra este problema, tratando de garantizar la originalidad y el esfuerzo genuino en los trabajos de mis alumnos, pero es imposible». Lo que agrava aún más la situación es la falta de formación docente especializada en inteligencia artificial y competencias digitales, denuncia. «Muchos de mis colegas carecen de los conocimientos necesarios para abordar adecuadamente estos temas en el aula. La rápida evolución de la tecnología hace que sea difícil mantenerse al día, y la falta de oportunidades de formación adecuadas solo agrava el problema».
La robótica ha experimentado un cambio significativo, pasando de ser una actividad marginal para formar parte integral de programas educativos. Esto se debe a la disponibilidad de recursos en línea, como aplicaciones, sitios web y videos, así como a la inclusión de la robótica en planes de estudio formales y actividades complementarias. Además, la naturaleza autodidacta de la robótica permite que los entusiastas aprendan y desarrollen habilidades por su cuenta, con la ayuda de encuentros comunitarios, premios y competiciones, y tutoriales en video. Igualmente, el sector cuenta con una integración plena en una amplia gama de industrias, desde la manufactura hasta el servicio al cliente, la medicina y la nanotecnología. Este crecimiento exponencial se debe a su capacidad para automatizar procesos repetitivos, lo que resulta en la reducción de costos y el aumento de la productividad. Como resultado, los especialistas en robótica están entre los más valorados en todos los campos tecnológicos.
Además, es esencial destacar la importancia del aprendizaje del pensamiento computacional tanto para los alumnos como para los docentes. El pensamiento computacional no solo implica la capacidad de entender y resolver problemas de manera algorítmica, sino también de comprender el funcionamiento de la IA y la robótica.
¿Por qué es importante la computación?
El pensamiento computacional es un enfoque aprendido que se adquiere principalmente a través de la programación y el manejo de computadoras. Su importancia radica en su capacidad para mejorar la gestión de la información, la resolución de problemas y la comprensión del comportamiento humano. Se considera esencial para mejorar la competitividad e innovación, así como para formar actitudes y valores en los estudiantes desde edades tempranas.
«Si el 46% de las empresas españolas ya utilizan la IA para realizar alguna tarea, tenemos que enseñar a utilizarla»
De hecho, los sistemas educativos de varios países han empezado a integrar este pensamiento en Primaria debido a sus ventajas. Esto permite a los estudiantes aprovechar las oportunidades que brindan los avances tecnológicos y contribuir a la resolución de los desafíos del Siglo XXI. Para desarrollar el pensamiento computacional, se deben enfatizar habilidades como el análisis de problemas, la representación lógica de datos, la automatización de soluciones mediante algoritmos, entre otras. Además, es crucial fomentar disposiciones como la confianza en la gestión de la complejidad, la persistencia frente a problemas difíciles y la habilidad para trabajar colaborativamente.
«Enseñar pensamiento computacional a adolescentes puede ser desafiante por varias razones. Primero, muchos adolescentes están familiarizados con la tecnología como usuarios, pero no comprenden los fundamentos subyacentes de cómo funciona. Esto requiere un cambio de mentalidad y un esfuerzo adicional para conectar conceptos abstractos con aplicaciones prácticas», señala Jesús Jiménez, profesor de FOL en un IES de Ciudad Real. Y, segundo, «porque requiere un enfoque pedagógico que fomente la creatividad, la experimentación y el fracaso controlado, lo cual puede resultar difícil de implementar en un entorno educativo tradicional centrado en la memorización y la evaluación sumativa».
En respuesta a esta necesidad, el Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP) y entidades como el Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado (INTEF) están llevando a cabo acciones específicas para proporcionar formación en estos campos. Los Massive Open Online Courses (MOOC) sobre robótica, IA y pensamiento computacional son cada vez más demandados, lo que refleja el interés creciente en adquirir habilidades en estas áreas.
José María Molina, director Internacional de Organización Académica del Instituto Superior de Formación Profesional UNIVERSAE, destaca que se tiene que «enseñar con los mismos medios con los que luego se aplicarán esos conocimientos. Si el 46% de las empresas españolas ya utilizan la IA para realizar alguna tarea, tenemos que enseñar a utilizarla».
Capacitar a los profesionales
En la era de la transformación digital y la cuarta revolución industrial, la FP emerge como un pilar esencial para la capacitación de profesionales en las áreas tecnológicas más demandadas. Además, se revela en el estudio que ha habido un incremento significativo en la adopción de robots industriales en fábricas de todo el mundo durante el año 2022, alcanzando un total de 553.052 instalaciones, lo que representa un aumento del 5% con respecto al año anterior.
«El aumento de la oferta de grados técnicos en España ha sido notable»
En el ámbito de la Formación Profesional, este impacto se refleja en la necesidad de adaptar los programas y ciclos educativos para satisfacer las habilidades y conocimientos requeridos en la era digital. La rápida evolución tecnológica ha generado una creciente demanda de profesionales con habilidades especializadas, como inteligencia artificial, programación, ciberseguridad, análisis de datos y desarrollo de software. En respuesta a esta demanda, ILERNA (centro oficial de FP online y presencial) ha ajustado y creado nuevos ciclos específicos que abordan estas competencias emergentes. En el caso del centro de Sevilla, por ejemplo, la institución va más allá al ofrecer cursos de especialización en áreas clave como Inteligencia Artificial y Big Data, así como Desarrollo de Videojuegos 3D.
También Cesur Formación hace incursiones en este ámbito. Organiza eventos en colaboración con líderes del sector y figuras destacadas para explorar necesidades de inversión en tecnología. Recientemente, junto a Málaga Tech, han realizado el evento «Profesiones del futuro: nuevas tendencias y modelos de Formación Profesional», destacando la importancia de preparar a los estudiantes para el mercado laboral tecnológico.
Crecen las ingenierías
El crecimiento exponencial de las matriculaciones en ingenierías en los últimos años ha generado una situación desafiante para las universidades, que luchan por satisfacer la alta demanda de profesores especializados en esta área. El aumento de la oferta de grados técnicos en España ha sido notable, con la asignatura de informática pasando de impartirse en 19 centros en 2015 a 48 universidades públicas y privadas en la actualidad, según estadísticas del Ministerio de Universidades.
Este incremento en la oferta educativa ha impulsado un aumento significativo en el número de estudiantes inscritos en carreras relacionadas con las matemáticas y la informática, con un crecimiento del 39,5% y 26,7% respectivamente. Sin embargo, la demanda de profesores especializados en estas áreas no ha podido ser cubierta adecuadamente por las universidades, lo que refleja una creciente brecha entre la oferta y la demanda en el ámbito educativo. Esta situación plantea importantes desafíos para las instituciones educativas y el sistema de educación superior en general, destacando la necesidad de desarrollar estrategias efectivas para reclutar y retener talento docente en disciplinas técnicas y científicas.
Además, este incremento no solo se debe a la creciente popularidad de los grados en Informática, sino también al hecho de que esta disciplina se ha incorporado en diversos programas y especialidades emergentes, como Inteligencia Artificial, Ciberseguridad, Ingeniería Multimedia y Diseño de Videojuegos.
«La calidad de la enseñanza de la asignatura de Informática está siendo afectada por deficiencias en la preparación de los docentes»
A pesar del aumento del 15% en el número de docentes del área de Informática según datos del Gobierno, esta cifra sigue siendo insuficiente para hacer frente al incremento del 26% en el número de alumnos en comparación con 2015. Además, la ley educativa establece que el 50% del personal docente e investigador que imparta enseñanzas de grado en universidades debe ser doctor, lo que representa un cambio significativo con respecto a la normativa anterior que diferenciaba entre diplomaturas (30%) y licenciaturas (70%). Sin embargo, las perspectivas no son alentadoras. Los datos muestran una disminución preocupante en la defensa de tesis en Matemáticas y en Informática entre 2015 y 2022, con un descenso del 41% y 38% respectivamente. Esta disminución en el número de doctorados se traduce en una menor disponibilidad de profesorado cualificado en el campo, lo que agrava aún más la escasez de profesores en el área de Informática.
También cabe destacar que la falta de estos profesionales también se nota en un estadio previo, afectando también a los institutos, donde las plazas para estos perfiles quedan desiertas en las oposiciones. Los centros educativos públicos no pueden competir en términos de salarios con el sector privado, que se ve obligado a ofrecer remuneraciones más elevadas y eso ahuyenta también a posibles candidatos. Este problema se prevé que aumente, ya que, a pesar de la disminución en la defensa de tesis, las universidades continúan abriendo nuevos grados para satisfacer la creciente demanda de estudiantes en estas disciplinas.
Por otro lado, la calidad de la enseñanza en estas áreas también se ve perjudicada. Según el Observatorio de la Informática en España, la calidad de la enseñanza de la asignatura de Informática está siendo afectada por deficiencias en la preparación de los docentes. Un informe de esta institución señala que España se encuentra rezagada con respecto a otros países europeos en lo que respecta a la formación en informática, y destaca la existencia de desigualdades en las competencias de los alumnos según la titularidad del centro educativo al que asisten.
Un mercado adaptativo
«La competencia crucial es la capacidad de aprendizaje»
El mercado de trabajo se transforma con la maduración de las tecnologías. Por un lado, los trabajos de tipo blue collar, como operarios, camareros y albañiles, enfrentarán cambios debido a la automatización y robotización en la industria, que podrían reemplazar o complementar funciones realizadas por humanos. Por otro lado, los empleos white collar, tales como oficinistas, asistentes legales, contables y programadores informáticos, no serán directamente afectados por la automatización industrial, pero sí sentirán el impacto de los avances tecnológicos derivados de la inteligencia artificial en la naturaleza de sus tareas laborales.
En la era de la industria 4.0, se requieren empleados altamente calificados con experiencia en tecnología de vanguardia y habilidades como resolución de problemas, trabajo en equipo y adaptabilidad al cambio. La competencia crucial es la capacidad de aprendizaje, que permite adaptarse a los empleos del futuro y sus requerimientos.