La neurocientífica Konchá Pinós, autora de «La belleza de ser bueno. Neurociencia de la bondad para padres», sostiene que la bondad no debe darse por sentada y puede ser entrenada y cultivada a lo largo de la vida. Pinós, quien estudió desarrollo temprano del cerebro en Harvard y neurociencia de la compasión en Stanford, afirma que los humanos son buenos por naturaleza, pero no todos pueden mantener ese grado de bondad. Se pregunta por qué algunas personas conservan la bondad mientras que otras no, y qué causas subyacen a ello. Según estudios de las últimas dos décadas, el 98% de los niños muestra predisposición a la bondad, pero hay un 2% que no. Pinós sugiere que el contexto, como trastornos o traumas en la familia, puede afectar la expresión de la bondad en los niños. Como psicoterapeuta y politóloga especializada en derechos humanos, Pinós ha estudiado el desarrollo del cerebro en edades tempranas. Ella reflexiona sobre si los niños son buenos o malos por naturaleza, y qué influencia tiene el ADN y el ambiente en su crianza. Afirma que la bondad se debe cultivar y enseñar desde temprana edad, ya que la educación activa las fuerzas innatas que permiten su perdurabilidad.
¿Cuál crees que es el papel más relevante de la neurociencia en comprender y promover la bondad en los niños?
La neurociencia puede desempeñar varios papeles importantes a la hora de comprender y promover la bondad en los niños. Uno de los roles fundamentales es el estudio científico basado en la evidencia, sobre cómo se desarrolla la bondad, cuál es su relación con la empatía y la compasión en el cerebro infantil. Al comprender las bases neuronales de estas habilidades sociales, podemos identificar estrategias efectivas para fomentar la bondad desde una edad temprana. Además, la neurociencia puede proporcionar información sobre cómo el entorno, la educación y las experiencias afectan la estructura y la función cerebral en los niños. Esto puede ayudar a diseñar intervenciones y programas que promuevan comportamientos positivos, como el altruismo, la cooperación y el cuidado de los demás.
¿Qué descubrimientos recientes en neurociencia destacarías como especialmente relevantes para los padres en relación con la educación en la bondad?
Existen cinco descubrimientos recientes en neurociencia que son especialmente relevantes para los padres en relación con la educación en la bondad: Neuroplasticidad y aprendizaje social: Investigaciones recientes han destacado la plasticidad cerebral en la infancia y la capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar en respuesta a la experiencia. Esto significa que los niños pueden desarrollar y fortalecer habilidades sociales y emocionales, incluida la bondad, a través de la exposición a entornos enriquecedores y relaciones afectuosas. La conexión de las neuronas espejo con la empatía: Los estudios sobre neuronas espejo han revelado cómo el cerebro humano tiene la capacidad de simular las experiencias emocionales de los demás, lo que es fundamental para la empatía. Los padres pueden ayudar a desarrollar esta capacidad en sus hijos al mostrar empatía y compasión en sus propias interacciones. Efectos del estrés en el desarrollo: se ha demostrado que altos niveles de estrés en la infancia pueden afectar negativamente el desarrollo de áreas cerebrales relacionadas con la regulación emocional y la empatía. Los padres pueden jugar un papel crucial al proporcionar un entorno seguro y de apoyo que reduzca el estrés y promueva habilidades sociales positivas. Conexiones entre cognición y emociones: Investigaciones recientes han destacado la estrecha interacción entre la cognición y las emociones en el cerebro. Esto sugiere que enseñar habilidades cognitivas como la toma de perspectiva y la resolución de problemas junto con habilidades emocionales como la empatía puede ser especialmente efectivo para cultivar la bondad en los niños. Importancia del juego y la interacción social: Estudios neurocientíficos han resaltado el papel crucial del juego y las interacciones sociales en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales en los niños. Los padres pueden fomentar la bondad al proporcionar oportunidades para juegos cooperativos, resolución de conflictos y participación en actividades que fomenten la colaboración y el cuidado mutuo.
«Un entorno familiar amoroso, seguro y de apoyo es fundamental para el desarrollo de la bondad en los niños»
¿Cómo pueden los padres cultivar la bondad desde las primeras etapas del desarrollo de sus hijos?
Los padres juegan un papel fundamental en la formación de la bondad en sus hijos desde las primeras etapas del desarrollo. Tienen que comprender que el cerebro de un ser humano es completamente inacabado y en construcción. Aquí hay algunas ideas en las que pueden cultivar la bondad desde el principio: Modelar comportamientos bondadosos: Los niños aprenden observando y imitando a los adultos. Sobre todo desde bebes. Los padres pueden modelar comportamientos bondadosos, como ser amables con los demás, mostrar empatía y ayudar a los necesitados. Ser un modelo a seguir es una forma poderosa de enseñar valores y actitudes positivas. Fomentar la empatía: Ayudar a los niños a comprender y compartir los sentimientos de los demás es fundamental para cultivar la bondad. Los padres pueden alentar la empatía al hablar sobre las emociones, mostrar interés genuino por los sentimientos de sus hijos y alentar el cuidado hacia los demás, ya sea personas o animales. Enseñar habilidades sociales: La bondad está estrechamente relacionada con habilidades sociales como la comunicación efectiva, la resolución de conflictos y la colaboración. Los padres pueden enseñar estas habilidades al proporcionar oportunidades para el juego cooperativo, la participación en actividades grupales y el modelado de interacciones sociales positivas. Reforzar comportamientos bondadosos: Reconocer y elogiar los comportamientos bondadosos refuerza su importancia y motiva a los niños a seguir actuando de manera amable. Los padres pueden elogiar no solo los resultados, sino también los esfuerzos y la intención detrás de las acciones bondadosas de sus hijos. Fomentar la responsabilidad social: Ayudar a los niños a comprender su impacto en los demás y en el mundo que los rodea es crucial para cultivar la bondad. Los padres pueden fomentar la responsabilidad social al involucrar a sus hijos en actividades de servicio comunitario, hablar sobre la importancia de ayudar a otros y tomar decisiones éticas. Crear un entorno de apoyo: Un entorno familiar amoroso, seguro y de apoyo es fundamental para el desarrollo de la bondad en los niños. Los padres pueden promover un ambiente emocionalmente positivo al escuchar activamente a sus hijos, expresar afecto y proporcionar orientación y apoyo emocional cuando sea necesario.
¿Qué estrategias específicas o actividades recomendarías para fomentar la bondad en los niños desde una edad temprana?
Claro, aquí tienes algunas estrategias específicas y actividades que pueden ayudar a fomentar la bondad en los niños desde una edad temprana: Una de las practicas que más aprecio es el agradecimiento. Enseñar a los niños a expresar gratitud es una forma efectiva de cultivar la bondad. Puedes hacer esto animándolos a decir «gracias» cuando alguien les hace un favor, ayudándoles a escribir notas de agradecimiento o incorporando rutinas diarias de gratitud, como compartir algo que los haya hecho felices durante el día. También promover actos de bondad aleatorios: Anima a tus hijos a realizar actos de bondad aleatorios, como ayudar a un compañero de clase, ofrecer un elogio sincero o compartir sus juguetes con otros niños. Reconoce y elogia estos comportamientos para reforzar la importancia de la bondad. Inculcar empatía: Ayuda a tus hijos a desarrollar empatía alentándolos a ponerse en el lugar de los demás. Puedes hacer preguntas como «¿Cómo crees que se siente esa persona?» o «¿Qué podríamos hacer para ayudarla?» Esto les ayuda a comprender y considerar los sentimientos y necesidades de los demás. Leer y contar historias sobre bondad: Los libros y cuentos que destacan la bondad, la generosidad y el respeto hacia los demás son excelentes herramientas para enseñar estos valores. Dedica tiempo a leer juntos historias que resalten la importancia de la bondad y discute las lecciones que se pueden extraer de ellas. Involucrar a los niños en acciones solidarias: Participar en actividades solidarias como donar juguetes o ropa a personas necesitadas, ayudar en un refugio de animales o participar en limpiezas comunitarias puede ser una experiencia enriquecedora para los niños y les enseña sobre la importancia de ayudar a otros. Practicar la resolución de conflictos de manera positiva: Enseña a tus hijos habilidades para resolver conflictos de manera pacífica y respetuosa. Fomenta el diálogo abierto, el compartir puntos de vista y la búsqueda de soluciones que beneficien a todas las partes involucradas.
«Las experiencias negativas, como el estrés, la exposición a la violencia o el abuso, pueden afectar negativamente el desarrollo de habilidades sociales y emocionales»
Sueles indicar en tus ponencias que los niños son buenos por naturaleza, pero que la bondad debe cultivarse. ¿Cómo podemos reconciliar esta idea con las experiencias negativas que los niños pueden enfrentar en su entorno?
Es cierto que suelo destacar la idea de que los niños tienen una inclinación natural hacia la bondad y la empatía, pero también reconozco que estas cualidades deben cultivarse y nutrirse a lo largo del tiempo. La reconciliación de estas ideas tiene que ver con comprender la complejidad del desarrollo humano y cómo las experiencias negativas pueden influir en la expresión de la bondad en los niños. Algo en lo que he basado parte de mi trayectoria es en la idea de la naturaleza innata de la bondad: La investigación en psicología evolutiva sugiere que los niños tienen una tendencia innata hacia la cooperación, la empatía y el cuidado hacia los demás. Esta predisposición se ve reflejada en comportamientos como el juego cooperativo, la preocupación por el bienestar de otros y la capacidad de compartir desde una edad temprana. Aunque los niños pueden tener esta inclinación natural hacia la bondad, su entorno desempeña un papel crucial en cómo se desarrollan y expresan estas cualidades. Las experiencias negativas, como el estrés, la exposición a la violencia o el abuso, pueden afectar negativamente el desarrollo de habilidades sociales y emocionales, incluida la bondad. Cultivo de la bondad: Dado que la bondad debe cultivarse, los adultos, incluidos los padres, educadores y cuidadores, tienen la responsabilidad de proporcionar un entorno seguro, amoroso y estimulante que fomente el desarrollo de habilidades prosociales en los niños. Esto implica modelar comportamientos bondadosos, enseñar habilidades de empatía y resolución de conflictos, y fomentar la participación en actividades que promuevan la colaboración y el cuidado hacia los demás. Resiliencia y aprendizaje: A pesar de las experiencias negativas que puedan enfrentar, los niños también son increíblemente resilientes y tienen la capacidad de aprender y crecer a partir de esas experiencias. Proporcionar apoyo emocional, enseñar habilidades de afrontamiento y fomentar la autoestima pueden ayudar a los niños a superar desafíos y fortalecer su capacidad para expresar la bondad incluso en situaciones difíciles. La reconciliación de la idea de que los niños son buenos por naturaleza pero que la bondad debe cultivarse radica en comprender que la bondad es una cualidad intrínseca que necesita ser nutrida y fortalecida a través de experiencias positivas, modelos a seguir y un entorno propicio para el desarrollo integral de los niños.
¿Cuál crees que es el papel de los modelos a seguir en el desarrollo de esta preferencia por la bondad en los niños?
Necesitamos hablar más sobre el concepto de prosodia y cómo se relaciona con el desarrollo de la bondad en los niños. La prosodia se refiere a la entonación, el ritmo, la inflexión y otros aspectos no lingüísticos del habla que transmiten información emocional y social. Es decir, la prosodia no se refiere a las palabras en sí mismas, sino a cómo se expresan esas palabras, incluyendo el tono de voz, la velocidad y el énfasis. La prosodia desempeña un papel crucial en la comunicación emocional y en la comprensión de las intenciones y sentimientos de los demás en la etapa primaria. En el contexto del desarrollo infantil y la bondad, la prosodia juega varios roles importantes: Mediante la transmisión de emociones: Los niños aprenden a identificar y comprender las emociones a través de la prosodia. Por ejemplo, una voz suave y calmada puede indicar tranquilidad, mientras que un tono elevado y agitado puede indicar ansiedad o preocupación. Al entender las emociones de los demás, los niños pueden responder de manera empática y mostrar bondad al brindar apoyo emocional. La prosodia afecta la capacidad de los niños para mostrar empatía. Una prosodia cálida y afectuosa puede fomentar la conexión emocional y la comprensión de los sentimientos de los demás. Por el contrario, una prosodia fría o distante puede dificultar la empatía y la expresión de bondad hacia los demás. La prosodia influye en la claridad y efectividad de la comunicación. Un tono de voz claro, modulado y adecuado al contexto facilita la comprensión y la cooperación en las interacciones sociales. Esto es importante para promover la bondad, ya que una comunicación efectiva contribuye a relaciones positivas y respetuosas. La capacidad de utilizar la prosodia de manera apropiada es una habilidad social clave que los niños deben desarrollar. Aprender a adaptar la entonación y el tono de voz según la situación y la audiencia contribuye a la habilidad de establecer relaciones interpersonales positivas y demostrar bondad a través de la comunicación no verbal.
«En lugar de etiquetar a los niños como "buenos" o "malos", es más constructivo centrarse en los comportamientos específicos»
¿Cómo podemos evitar caer en la trampa del etiquetado al discutir conceptos como la bondad y la maldad, especialmente en relación con el comportamiento de los niños?
Gracias por esta pregunta, esto implica adoptar una perspectiva integrativa y comprensiva que reconozca la complejidad del desarrollo humano y evite la simplificación y estigmatización de ciertos comportamientos. la comprensión de que nuestro cerebro es adaptable y que el desarrollo emocional es un proceso continuo nos lleva a reconocer que no hay niños inherentemente «buenos» o «malos». En su lugar, enfocarse en la capacidad de los niños para aprender, crecer y mejorar en su capacidad de regulación emocional es esencial para apoyar su desarrollo integral y promover un ambiente de comprensión y aceptación. Es importante comprender que la naturaleza humana es multifacética y que todos tenemos la capacidad de mostrar tanto comportamientos bondadosos como comportamientos que pueden ser percibidos como menos positivos. Esto implica evitar categorizar a los niños como «buenos» o «malos» en función de acciones específicas, ya que esto puede limitar su desarrollo y autoconcepto. En lugar de etiquetar a los niños como «buenos» o «malos», es más constructivo centrarse en los comportamientos específicos y cómo estos afectan a los demás y al entorno. Esto implica elogiar y reforzar acciones bondadosas, al mismo tiempo que se brinda orientación y apoyo para abordar comportamientos problemáticos de manera positiva y constructiva. En lugar de asociar la maldad con la identidad de un niño, es más útil promover la responsabilidad y el crecimiento personal. Esto implica enseñar a los niños sobre las consecuencias de sus acciones, fomentar la reflexión sobre cómo pueden mejorar y brindar oportunidades para el perdón y la redención. Ayudar a los niños a desarrollar empatía y comprensión hacia los demás es fundamental para evitar el etiquetado y fomentar la bondad. Al entender las motivaciones y circunstancias detrás de los comportamientos de los demás, los niños pueden mostrar más compasión y ser más tolerantes hacia la diversidad de experiencias y perspectivas. Reconocer que el comportamiento de un niño está influenciado por una variedad de factores, incluidos el entorno familiar, las experiencias pasadas y las influencias culturales y sociales, ayuda a evitar el etiquetado simplista. Esto significa tener en cuenta el contexto más amplio al evaluar y abordar el comportamiento de un niño.
También has mencionado que los hijos no pertenecen exclusivamente a los padres. ¿Cuál crees que es el balance entre la influencia de los padres y otros factores en el desarrollo de los niños?
El desarrollo de los niños está influenciado por una variedad de factores, y es importante reconocer que la influencia de los padres es solo uno de ellos. El equilibrio entre la influencia de los padres y otros factores en el desarrollo de los niños es complejo y varía según diferentes culturas y contextos. Históricamente, la crianza de los niños ha sido un esfuerzo comunitario en muchas culturas. Las familias extendidas, la tribu o la comunidad más amplia tenían un papel activo en la crianza y educación de los niños. Los niños crecían en un entorno donde múltiples adultos proporcionaban cuidado, orientación y apoyo emocional. En las últimas décadas, el concepto de familia ha evolucionado, y muchas familias se han vuelto más nuclearizadas o centradas en los padres como principales cuidadores. Esto puede deberse a factores como la movilidad geográfica, el aumento del trabajo fuera del hogar y cambios en las estructuras familiares. Aunque la familia nuclear juega un papel central en la vida de los niños, la comunidad sigue siendo una influencia significativa en su desarrollo. La escuela, los amigos, los vecinos y otros adultos en la comunidad contribuyen a la socialización, el aprendizaje y la formación de valores de los niños. En muchas culturas, las normas y valores compartidos por la comunidad tienen un impacto profundo en la crianza y educación de los niños. Las tradiciones, creencias y prácticas culturales influyen en cómo se abordan cuestiones como la disciplina, la educación moral y el desarrollo emocional de los niños. El equilibrio entre la influencia de los padres y otros factores en el desarrollo de los niños puede presentar desafíos y oportunidades. Por un lado, los padres tienen un papel crucial en proporcionar amor, cuidado y orientación a sus hijos. Por otro lado, la participación activa de la comunidad puede enriquecer la experiencia de los niños al ofrecer diferentes perspectivas, habilidades y apoyos.
«El propio bienestar de los padres es fundamental para poder cuidar y educar a los hijos de manera efectiva»
¿Qué consejo darías a los padres que se sienten abrumados por la responsabilidad de educar a sus hijos en un mundo en constante cambio?
Nadie nos enseña a ser padres, no hay una escuela para eso, pero todos esperan que seamos padres perfectos, empezando por nuestros hijos. Reflexionando desde mi experiencia aquí hay algunos consejos que podrían ser útiles: Identificando y priorizando los aspectos más importantes de la educación de los hijos, como valores fundamentales, habilidades sociales y emocionales, y la importancia de la curiosidad y el aprendizaje continuo. Que es lo esencial para ellos. Esto te ayudará a mantener la perspectiva y a enfocarse en lo que realmente importa. Mantener una comunicación abierta y honesta con los hijos. Animando el diálogo abierto sobre sus preocupaciones, intereses y emociones. Estar disponible para escuchar y apoyar a tus hijos puede fortalecer tu relación y ayudarles a enfrentar los desafíos del mundo en constante cambio. Reconoce que el mundo está en constante evolución, y esto también se aplica a la crianza y educación de los niños. Lo que funcionaba ayer puede no ser efectivo hoy, así que sé abierto a nuevas ideas y enfoques. Ayudando a desarrollar resiliencia y habilidades de afrontamiento frente a los desafíos y cambios. Animándoles a ver los desafíos como oportunidades de aprendizaje y crecimiento, y brindándoles apoyo emocional y práctico para superar obstáculos. Aprovechar todos los recursos educativos, comunitarios y tecnológicos disponibles para apoyar la educación. Recordar que el propio bienestar de los padres es fundamental para poder cuidar y educar a los hijos de manera efectiva. Reconoce que la crianza es un viaje lleno de altibajos, y que es normal cometer errores y enfrentar desafíos. Acepta la imperfección y sér amable contigo mismo como padre o madre. Lo importante es aprender y crecer juntos como familia. Y mi recomendación final es contactar las comunidades de padres ofrecen un valioso espacio para compartir experiencias, aprender unos de otros y encontrar apoyo emocional en el desafiante viaje de la crianza. Estos grupos proporcionan una red de apoyo donde los padres pueden intercambiar ideas, estrategias y recursos útiles, fortaleciendo así sus habilidades parentales y enriqueciendo la experiencia de crianza para ellos y sus hijos.
¿Puedes proporcionar ejemplos concretos de cómo la neurociencia de la bondad puede aplicarse en situaciones cotidianas, ya sea en la crianza de los hijos, la educación escolar o las relaciones sociales en general?
En relación con la crianza de los hijos, los padres pueden influir en el desarrollo de la bondad en sus hijos al modelar comportamientos bondadosos en sus propias acciones diarias. Se llama moldeado conductual. Por ejemplo, ayudar a un vecino necesitado, mostrar empatía hacia los demás y resolver conflictos de manera pacífica son formas efectivas de enseñar a los niños sobre la importancia de la bondad. Enseñar a los niños que los conflictos son inevitables en la vida, y que pueden aprender estrategias efectivas para resolver conflictos de manera respetuosa y constructiva fortalece los circuitos neuronales relacionados con la empatía y la comprensión interpersonal. Fomentar la comunicación abierta, el escuchar activamente y buscar soluciones mutuamente beneficiosas son ejemplos de cómo cultivar estas habilidades. En relación a la educación escolar, es muy importante el fomento del trabajo en equipo con actividades que promuevan el trabajo en equipo, la colaboración y el apoyo mutuo entre los estudiantes contribuyen a desarrollar la empatía y la cooperación. Proyectos grupales, juegos cooperativos y actividades de servicio comunitario son ejemplos de cómo fomentar la bondad en el entorno escolar.: Integrar programas de enseñanza de la resiliencia en el currículo escolar puede ayudar a los estudiantes a manejar el estrés, superar adversidades y mantener una actitud positiva ante los desafíos. La resiliencia está vinculada a la capacidad de cultivar emociones positivas y manejar de manera efectiva las emociones negativas.Y finalmente en relación con los contextos sociales, realizar pequeñas acciones de bondad en la vida diaria, como ofrecer ayuda a un desconocido, expresar gratitud o hacer un elogio sincero, fortalece los circuitos neuronales asociados con el bienestar emocional y la conexión interpersonal.
«Mi mayor interés radica en fomentar la comprensión mutua y la expansión de la conciencia»
¿Cómo influye tu formación multidisciplinar en política internacional, neuropsicología, neurociencia y meditación en tu trabajo actual en The Wellbeing Planet?
Durante más de tres décadas, he dedicado mi vida conscientemente a comprender las raíces del sufrimiento en nuestro mundo. He llegado a la profunda conclusión de que para transformar estos factores, debemos emprender un trabajo tanto interno, a nivel individual (aprender a mirarnos profundamente), a nivel políticos social como Ser comunitario. Sin limitarnos a las fronteras de nuestra ciudad, familia o país, mi interés siempre ha sido abrazar a todos los seres por igual. He descubierto que mi mente es multidisciplinar y nómada; cada vez que he intentado encasillarme en un contexto, en un país o disciplina, ha resultado un fracaso. El estudio de la neurociencia me ha ayudado mucho a comprender que hay cerebros que son multidisciplinares. Me defino como una exploradora en las ciencias sociales, las prácticas contemplativas y el arte. Mi mayor interés radica en fomentar la comprensión mutua y la expansión de la conciencia, buscando así contribuir a un mundo más conectado y compasivo. Comprendo que hay desacuerdos, desafíos y conflictos en el mundo, que lo ideal sería que no hubiese, pero hoy en día tengo muchos más recursos internos y externos para aceptar, cambiar y construir otras realidades
¿Cómo ha influido tu experiencia personal de deconstrucción de las expectativas de género en tu enfoque hacia el liderazgo y el bienestar?
Desde que era muy pequeña, tuve claro que la libertad, independencia y el estudio eran prioritarios en mi vida. Tengo plena conciencia de ello. En un país bajo una dictadura como era España, el conocimiento y la autoconciencia eran fundamentales para sobrevivir y prosperar. Por eso, mi objetivo fue no centrarme en la idea de ser esposa o madre, roles que la sociedad esperaba de mí. Sino en el estudio, la expansión de la mente y la creación de conexiones significativas. Como muchas mujeres de mi generación, tuve que romper con las expectativas impuestas tanto por la cultura como por la familia. Esto significaba desafiar la idea de ser «buena» en todos los roles: buena profesional, buena madre, buena esposa... todo mientras me olvidaba de mí misma. Esta presión constante era un obstáculo para mi capacidad de disfrutar la vida y explorar otros aspectos de mi ser. Viviendo y trabajando en sociedades multiculturales, aprendí la importancia de despojarme de los estereotipos de género y trabajar en mi propia deconstrucción. Reconocí que asumir una etiqueta tiene un costo, pero también liberarse de ella conlleva desafíos. Opté por pagar el precio de liberarme de las expectativas externas y enfocarme en ser auténtica. El hecho de trabajar con mujeres en múltiples contextos me ayudo mucho a comprender que cada mujer tiene su propia historia y su propio proceso, y no tienen que ser vistos con miradas etnocentristas. Para mí, el liderazgo no consiste en tener posesiones materiales o cumplir roles predefinidos, sino en ser fiel a mí misma y explorar constantemente otros aspectos de mi ser. Esta búsqueda de libertad interior es fundamental para mi bienestar y mi enfoque de liderazgo, donde hay una primera parte de la vida que dedicas a ser una misma y es el pilar central para el crecimiento personal y profesional. Más tarde hay otra parte para no— ser una misma, y eso es lo mejor, puedes aventurarte en áreas del conocimiento y de tu Ser completamente inexploradas.