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Formación inicial y permanente de los docentes de Educación Psicomotriz

Heras, G., Nieva, C., Martínez-Mínguez, L., Moya, L. y Cortés, P.

Miembros del Grupo de Investigación en Educación Psicomotriz

Universitat Autònoma de Barcelona

(GREP-2017-SGR-0137)

Cuadernos de Pedagogía, Sección Experiencia, 25 de Febrero de 2022, Wolters Kluwer

Debido al COVID-19, el Grupo de Investigación en Educación Psicomotriz comparte la reflexión realizada sobre el papel de la psicomotricidad en las escuelas y la formación inicial y permanente de los profesionales que deben impartirla. El retorno a las aulas después del confinamiento ha puesto de manifiesto la necesidad de ampliar y saber gestionar corporal y emocionalmente a los niños y niñas en las escuelas a través de profesionales adecuadamente formados. El análisis de la formación inicial realizado en maestros de Infantil y educación física de Primaria muestra un porcentaje bajo de contenidos psicomotrices. Por lo que se exponen diferentes tipologías de formación permanente reglada y no reglada que van desde la sensibilización a la profundización, llegando a la investigación.

Due to COVID 19, the Psychomotor Education Research Group (GREP) shares the reflection made on the role of psychomotricity in schools and the initial and permanent training of the professionals who must teach it. The return to the classrooms after confinement has highlighted the need to expand and know how to manage physically and emotionally children in schools through appropriately trained professionals. The analysis of the initial training carried out in Early Childhood and Primary Physical Education teachers shows a low percentage of psychomotor content. Therefore, different types of regulated and non-regulated permanent training are exposed, ranging from awareness to deepening, reaching research.

Formación inicial. Formación permanente.; Psicomotricista. Psicomotricidad Educativa. Efectos pandemia.
Initial training. Continuing training. Psychomotor teacher. Educational psychomotricity. Pandemic effects.

Introducción y justificación del artículo

La profesión docente y la del/la psicomotricista es una profesión viva: se nutre de las relaciones, las vivencias, las acciones y las emociones. Por lo tanto, necesita de unos momentos de pausa donde los y las profesionales puedan reflexionar, solos o con compañeros/as, sobre lo que ha pasado y lo que está pasando para, finalmente, poder trazar nuevos caminos que nos lleven a nuestra propia (re) evolución educativa.

Pero: ¿cómo se puede compensar y aumentar la presencia del acompañamiento corporal y emocional en las escuelas?; ¿qué profesionales deben ser sus responsables o dinamizadores?; ¿cómo deben estar formados?

Las consecuencias del confinamiento y las adaptaciones producidas en las escuelas por la pandemia provocan nuevas necesidades formativas de los educadores y educadoras en los llamados aprendizajes durante toda la vida desde una mirada corporal, emocional y global. Necesidades que conllevan cambios a ir incorporando tanto en la formación inicial como permanente teniendo en cuenta los puntos de partida, necesidades y disponibilidad de cada maestro / a y escuela.

Desde el Grupo de Investigación en Educación Psicomotriz (GREP) de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), a través de este artículo, pretendemos mostrar algunas reflexiones provocadas por los momentos de pausa «forzosa» vividos, convencidos de que compartir con otros educadores, maestros y psicomotricistas contribuye a (re)pensar juntos/as sobre la formación del/la psicomotricista en el ámbito educativo y como ésta revierte en nuestro quehacer profesional.

Somos un grupo de investigación que entiende la formación de los y las psicomotricistas desde una perspectiva global e integral ya que para adquirir las competencias profesionales psicomotrices que requiere esta profesión se necesita de una formación con tres vertientes: formación teórica, formación práctica y formación personal a través de la propia vivencia corporal (Aucouturier, 2018; Lapierre, Llorca y Sánchez, 2015; Martínez-Mínguez, 2017). Así pues, todo/a psicomotricista debe adquirir unas bases teóricas sólidas y bien fundamentadas que aborden tanto el desarrollo motriz, cognitivo, afectivo y social, como las estrategias metodológicas y de observación para establecer un buen acompañamiento psicomotriz (Martínez-Mínguez, 2017). También, el futuro psicomotricista necesita de un bagaje práctico que le aporte estrategias y recursos para poder realizar una intervención psicomotriz ajustada a las características y necesidades de los niños y niñas. Finalmente, una formación personal a través de la vivencia corporal que le permita comprender en primera persona todas las sensaciones, emociones, movimientos y relaciones que ocurren día a día en cualquier sesión de psicomotricidad; de este modo, este trabajo corporal le va a facilitar el desarrollo de unas actitudes necesarias para estar disponible corporalmente y facilitar la escucha empática del otro.

¿Cómo se organiza la psicomotricidad en las escuelas?

Cada escuela es autónoma para organizar el tiempo y el espacio de la psicomotricidad en la Educación Infantil y es en este apartado que podemos ver diferentes modalidades.

Si en la escuela hay un proyecto consolidado de Educación Psicomotriz, podemos ver cómo cada grupo del ciclo 0-3 o 3-6 años realiza una sesión semanal de entre 60 y 90 minutos de duración (aproximadamente), en un espacio preparado con materiales diversos y variados donde los niños y niñas están acompañados por su maestra tutora y una maestra-psicomotricista. Se da coherencia, a lo largo del curso, planificando conjuntamente el desarrollo motriz, emocional, cognitivo de forma individual.

«La maestra referente del ambiente es quien los acompaña»

Si la escuela tiene una organización por ambientes, uno de estos (puede ser dentro del edificio o en algún espacio exterior) está pensado para el trabajo del cuerpo y de maneras diversas se ofrecen materiales para que sean los propios niños y niñas los que exploren, manipulen, dialoguen, construyan y enriquezcan sus conocimientos a través del movimiento. La maestra referente del ambiente es quien los acompaña.

También encontramos algunas escuelas donde la psicomotricidad la realiza un/a maestro/a de Educación Física. El grupo se divide en dos, puede ser porque la sala de psicomotricidad sea pequeña o por otras necesidades; la tutora se queda en el aula y el maestro/a de Educación Física se lleva a los niños y niñas a la sala o gimnasio. En este caso se necesita mucha coordinación para preparar, acompañar y evaluarlos de forma individual y a todo el grupo clase.

En algunas escuelas cada tutora de Educación Infantil realiza las sesiones con su grupo de niños y niñas.

En otros centros la maestra-psicomotricista acompaña en algunas sesiones específicamente a pequeños grupos de alumnado con necesidades educativas especiales haciendo sesiones en grupos reducidos.

Hay modalidades diferentes de espacio: sala grande, sala pequeña, aula, gimnasio y/o espacio exterior.

También hay diferentes modalidades de tiempo: 1 h y 30 minutos a la semana, 45 minutos a la semana, 2 sesiones de 1 hora, 30 minutos semanales o 1 hora cada quince días, etc.

Todo este abanico de organización tan diverso ha podido quedar muy modificado a mediados de curso 2019/20 cuando la escuela cerró debido a SARS-COVID19 y los niños y niñas se fueron a casa sin fecha de regreso. La vuelta al colegio fue al inicio del curso 2020/21, después de 6 meses sin ir a la escuela ni compartir presencia con los compañeros y compañeras y docentes en el día a día. Todo se ha rodeado de unas medidas muy diferentes de cómo funcionaban pre-pandemia: grupos burbuja estancos, con un solo adulto de referencia y sin mezcla ni diversidad de alumnado y profesorado.

Después de un largo tiempo conviviendo con un mismo núcleo y espacio familiar bastante reducido, se hacía totalmente necesaria una práctica de educación psicomotriz en las escuelas. Los centros debían facilitar todos los mecanismos disponibles para que los niños/as exteriorizaran todas las vivencias y emociones experimentadas. Y debían hacerlo en espacios y con personas que los sepan contener física y emocionalmente. Solamente cuando el niño/a se siente seguro, muestra su espontaneidad a través de la autenticidad y subjetividad.

Desgraciadamente, lo largo del curso 2020-2021, la psicomotricidad desapareció en los centros en los que la sala o gimnasio pasó a estar ocupada por un grupo-clase para bajar la ratio o desdoblar grupos. En otros entornos las sesiones de psicomotricidad disminuyeron, pero se podían realizar según diferentes modalidades: en la sala, el gimnasio, el patio en el espacio exterior, siguiendo un criterio diferente en la propia aula, etc.

Lo sucedido refuerza la necesidad de disponer de un espacio privilegiado en las escuelas, juntamente de la presencia de un profesional que tenga una formación específica en Psicomotricidad. Estamos convencidos que muchos maestros/as tienen las aptitudes y actitudes necesarias para poder acompañar emocionalmente a los niños/as, pero es mejor siempre y todavía más ante situaciones complejas, si pueden estar acompañados/das por un profesional formado y en un espacio y tiempos específicos a través de postgrados o másteres.

Dónde se ubica la psicomotricidad en la formación inicial de Infantil y Primaria

El currículo de Educación Infantil tiene tres áreas y una de ellas es el Conocimiento de sí mismo y de los demás. El currículo de Educación Primaria está estructurado en nueve ámbitos y uno de ellos es el de la Educación Física. Esto implica que en la formación inicial se desarrollan asignaturas o materias que aportan las competencias necesarias a los futuros maestros de las dos primeras etapas educativas, para poder impartir estas áreas o ámbitos desde el inicio de su carrera profesional. Llorca y Sánchez (2001), establecen unas dimensiones que el psicomotricista debería adquirir y desarrollar, como serían: la capacidad de observación y escucha; la expresividad psicomotriz; la capacidad de emplear diferentes estrategias de implicación; la competencia de elaboración de escenarios desde una vertiente creativa y ajustada al contexto; y la capacidad de comunicación con la comunidad educativa y la reflexión de su propia práctica.

Cuando hablamos de psicomotricidad, sabemos que los maestros y las maestras que han optado al grado de Educación Infantil tienen un perfil con conocimientos y vivencias de psicomotricidad y los que han optado al grado de Educación Primaria con mención de educación física son conocedores/as de competencias, habilidades y recursos en el juego, los diferentes deportes, la expresión corporal, etc. En las escuelas conviven un gran número de maestros y maestras provenientes de diferentes universidades donde han cursado los estudios necesarios para ejercer su profesión.

En el caso del grado de Educación Infantil, el estudiantado se forma como generalista y ocupa esta tipología de plazas en las escuelas. En los planes docentes de Magisterio hay asignaturas obligatorias relacionadas con la psicomotricidad, el cuerpo, el movimiento, la expresión corporal o la educación física de 0 a 6 años. Pero los créditos destinados a estos contenidos corresponden a un poco más de un 10% de media del total de los actuales cuatro años de formación como graduados/as. También hay universidades que disponen de asignaturas optativas que conforman o no una mención, relacionada con los mismos conceptos anteriores. En estos casos se podría sumar aproximadamente un 19% a la anterior, pero es poco el estudiantado que opta por esta opción.

«En el curso 2020-2021, la psicomotricidad desapareció en los centros en los que la sala o gimnasio pasó a estar ocupada por un grupo-clase para bajar la ratio o desdoblar grupos»

Impartir el área I del currículo entendida a partir del juego corporal libre y espontáneo en un espacio, tiempo y materiales específicos, implica una formación y actitud del maestro/a o adulto difícil de adquirir con suficiente seguridad en estas horas y créditos de formación inicial. Esto provoca que muchos maestros y maestras no se sientan lo suficientemente preparados/as y busquen formación complementaria o de ampliación a través de cursos, postgrados o másteres.

En el caso del grado de Educación Primaria, el estudiantado se forma como generalista pero también hay especialidades o menciones reconocidas en las plantillas de las escuelas. Una de ellas es la del/la especialista de Educación Física. En la actual formación inicial de todo graduado/a de Educación Primaria hay asignaturas relacionadas con esta área de entre un 4% y un 18% del total de los 4 años de formación a la que se puede sumar aproximadamente entre un 12% o 15%, si escogen realizar la mención.

En el sistema educativo catalán y español, en un mismo edificio escolar convive el segundo ciclo de Educación Infantil (niños de 3 a 6 años) y de Educación Primaria (de 6 a 12 años). Es por este motivo que encontramos centros educativos donde hay docentes de infantil que necesitan más formación en la disciplina psicomotriz y docentes de primaria con una formación específica de Educación Física también insuficiente pues está centrada básicamente en niños y niñas de 6 a 12 años.

Además, la situación del COVID-19 ha ocasionado cambios organizativos y metodológicos en las asignaturas universitarias de la Educación Superior. Específicamente, en el Grado en Educación Infantil, de la Facultad de Ciencias de la Educación (UAB), el profesorado se ha adaptado buscando nuevas formas de impartir las sesiones corporales prácticas de una forma segura y factible cumpliendo con todas las medidas sanitarias necesarias. En concreto, el gimnasio de la Facultad se ha dividido en zonas, donde cada subgrupo de estudiantes tenía su propio espacio y material y no lo podían compartir con otros subgrupos. Estas agrupaciones han sido estables a lo largo de toda la asignatura a modo de grupo burbuja, tanto para hacer estas prácticas como para la elaboración de trabajos teórico-prácticos conjuntos. El número de zonas ha variado, dependiendo de la cantidad de subgrupos que se formaban en cada asignatura, por tanto, el gimnasio se ha podido dividir entre 4 y 7 espacios.

Además de esta estructura del gimnasio, la ventilación de los espacios ha sido constante, tanto a lo largo de la clase como entre diferentes seminarios de estudiantes (dejando 30 minutos de ventilación entre ellos cuando cambiaban los usuarios que entraban). También, ha sido obligatorio el uso de mascarillas, la limpieza de manos y la de material utilizado, tanto antes como finalizada la sesión.

Estas normas higiénicas llevadas a cabo han favorecido la creación de un clima de trabajo seguro y acogedor, posibilitando dentro de lo posible la práctica de contenidos psicomotrices por parte de los propios estudiantes, y produciendo vínculos afectivos dentro de cada grupo de trabajo.

Tipologías de formación permanente

Actualmente, un maestro de infantil o primaria puede encontrar un amplio abanico de formación permanente reglada o no reglada (Tabla 1). La formación no reglada se puede organizar en espacios temáticos o grupos compartidos. Estos espacios temáticos se caracterizan por ser de sensibilización, cuando hay una dedicación temporal breve y una aproximación conceptual general o global sobre el área de Psicomotricidad, sin conocimientos previos ni experiencia amplia. Por otra parte, estos espacios temáticos se consideran de profundización cuando hay una mayor dedicación temporal y el docente puede ampliar su bagaje de contenidos teórico-prácticos-corporales sobre esta disciplina. Como ejemplo de formaciones no regladas podrían ser conferencias, webinars, conversaciones, cursos abiertos, escuelas de verano y jornadas.

Tabla 1. Tipos de formación permanente en Psicomotricidad.
FORMACIÓN PERMANENTENO REGLADAESPACIOS TEMÁTICOSSENSIBILIZACIÓNConferencias webinars, conversaciones, cursos abiertos, escuelas de verano, jornadas.
PROFUNDIZACIÓNCuando la dedicación temporal del curso permite ahondar en aspectos específicos del contenido.
GRUPOS COMPARTIDOSSENSIBILIZACIÓNAsesoramiento y grupos de trabajo.
PROFUNDIZACIÓNAsesoramiento y grupos de trabajo, grupos de supervisión y grupos de investigación.
REGLADAPROFESIONALIZADORAPOSTGRADO
MASTER
INVESTIGACIÓNMÁSTER
DOCTORADO

Tanto las conferencias como webinars y conversaciones son de una temporalidad breve, pero dependiendo del contenido a exponer podrían considerarse de un carácter más sensibilizador o de profundización. Por otra parte, se encuentran formaciones de una temporalidad más amplia como serían jornadas o escuelas de verano donde hay temáticas específicas y puntuales, que pueden tener una duración entre 2 y 5 días. Además, están los cursos abiertos que se ofrecen a lo largo del curso académico, con temáticas básicas o de iniciación en relación con la Educación Psicomotriz.

Referente a los grupos compartidos, se encuentran los de sensibilización como son los asesoramientos a centros y/o grupos de trabajo, donde hay una tarea de convivencia y sensibilización por parte de un equipo de maestros y maestras sobre la importancia de la psicomotricidad en la etapa infantil de 0 a 8 años. A diferencia de éstos, los de profundización, se caracterizan por una formación más específica y completa, llevada a cabo por un equipo de maestros con una formación previa de esta especialidad; como, por ejemplo, serían los asesoramientos profesionalizadores, grupos de trabajo de especialistas, grupos de supervisión y grupos de investigación sobre esta disciplina.

«Es necesario seguir luchando para obtener el reconocimiento profesional y social que la psicomotricidad se merece y requiere»

En relación con la formación reglada, se encuentra la profesionalizadora y la de investigación. Dentro de la profesionalizadora están los postgrados y / o másteres relacionados con el área de psicomotricidad. La de investigación se centra en la creación de líneas de estudio vinculadas con esta disciplina, abarcando másteres centrados en la investigación y doctorados con tesis relacionadas con este ámbito de estudio.

Con la COVID-19 se han modificado las tipologías de formación, aumentando el número de las no regladas de carácter virtual. Alguno de los motivos de este incremento podría ser la fácil accesibilidad a la misma, y la posible necesidad de formación psicomotriz del profesorado de infantil y primaria debido a los cambios organizativos y pedagógicos vividos en los centros educativos de infantil y primaria.

Conclusiones

Llegando al final de este artículo, consideramos que hemos cumplido el objetivo marcado de reflexionar sobre la formación de los psicomotricistas en el ámbito educativo y cómo esta revierte en su quehacer profesional.

Como GREP de la UAB hemos propuesto diferentes formas de aplicar la psicomotricidad en las escuelas para compensar y aumentar su presencia a través del sostén corporal y emocional. Nuestra intención es llegar a sensibilizar más a la comunidad educativa respecto al papel que juega la psicomotricidad en el acompañamiento de los niños y niñas y su importancia más que nunca en el momento sociosanitario que estamos viviendo.

Por este motivo damos respuesta a los inputs de profesionales del mundo de la educación con ganas de formarse en psicomotricidad para poder acompañar a través de su esencia: el cuerpo, el movimiento y el juego. Necesitamos más educadores/as responsables y dinamizadores de este ámbito en las escuelas ya que ahora más que nunca los niños y niñas requieren a un adulto que les pueda sostener emocionalmente y corporalmente lo que han vivido en época de pandemia.

Insistimos en la necesidad de incorporar la Psicomotricidad en los Proyectos Educativos de las escuelas y liderarlo a través de docentes o psicomotricistas con formación amplia y específica (mayoritariamente más allá de la inicial) que pasen a formar parte del claustro de profesorado. Se ha mostrado cómo esta formación puede obtenerse en nuestro país de diferentes maneras como en asignaturas de grado, postgrado, máster o en cursos de formación continua, entre otros.

Como propuesta de presente para el futuro, es necesario seguir luchando para obtener el reconocimiento profesional y social que la psicomotricidad se merece y requiere. Estamos esperanzados/as a que ese momento llegue pronto porque, afortunadamente, nuestra figura profesional cada vez está más presente y reconocida en las escuelas y en los equipos docentes.

Para saber más

  • Aucouturier, B. (2018). Actuar, jugar, pensar. Puntos de apoyo para la práctica psicomotriz educativa y terapéutica. Barcelona, Graó.
  • Cortés, P. y Moya, L. (2018). La psicomotricitat des d’una mirada interdisciplinària. In-fàn-cia, 223, 9-12.
  • Lapierre, A., Llorca, M. y Sánchez, J. (2015). Fundamentos de intervención en psicomotricidad relacional. Reflexiones desde la práctica. Málaga, Aljibe.
  • López, C., Nieva, C., Rovira, E., Rota, J., Mas, M., Manchado, S., Godall, T. i Ivanco, P. (2017). La intervenció psicomotriu. Una perspectiva per als infants. In-fàn-ci-a, 218, 8-10.
  • Martínez-Mínguez, L. La formación del psicomotricista a lo largo de la vida profesional. En M. Mas i M. Anton (coord.) (2017). Psicomotricidad educativa: avanzando paso a paso (pp. 51-72). Barcelona, Octaedro.
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